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Los nuevos aparatos funcionales digitales

Los aparatos funcionales han probado tener un profundo efecto terapéutico en la corrección de problemas disfuncionales y de ATM en los pacientes en crecimiento.

vie. 2 agosto 2019

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El Profesor David Suárez Quintanilla, una de las máximas autoridades de la Ortodoncia a nivel mundial, afirma que la aparición de nuevos aparatos funcionales digitales va a producir una revaluación de sus importantes efectos terapéuticos.

  GRANDES EXPERTOS  

La posibilidad de producir digitalmente alineadores en dentición mixta (con el consiguiente control de la erupción dentaria y la posición mandibular) y aparatos funcionales removibles creo que van a terminar de resucitar a la que denomino revolución olvidada, protagonizada el siglo pasado por Pierre Robin, Andersen y Haülp, Balters, Bimler, Björk, Melvin Moss, Alexander Petrovic, Harvold, Linder Aronson, Woodside, Frankel, TM Graber o JA Mcnamara entre otros.

Pocos temas hay en ortodoncia tan manidos e incomprendidos como las indicaciones, uso y efectos de los aparatos funcionales removibles. Las investigaciones clínicas rigurosas son escasas y sus planteamientos criticables y los resultados de la investigación animal, incluida la realizada en monos, no es lo extrapolable que se podría esperar a los pacientes, dada las especiales características del desarrollo dentoalveolar vertical de los humanos. Es necesaria una reevaluación de su efecto real y, en mi opinión, de las enormes ventajas que tienen en el tratamiento de maloclusiones, donde la musculatura del pasillo de Tomes juega un papel etiológico epigenético de primera magnitud, en especial en aquellas donde una potente musculatura limita el avance maxilar (Clase III Maxilar) o mandibular (Clase II Mandibular) o favorece la sobremordida y el colapso vertical por falta de desarrollo en el área molar.

Mi sensación es que el uso de conceptos como ortopedia dentofacial merecen una actualización (como lo demuestra el uso de microimplantes en adultos) y que el empleo de estos aparatos, y la filosofía que los sustentan, han levantado muchas pasiones, a favor y en contra, en nuestro mundo. Los que no los usan esgrimen, como causas de su decisión: la falta de formación en el posgrado o máster en este tipo de aparatos (lo que me parece muy grave), la cooperación del paciente, su limitado efecto esquelético e incluso, caso de los discípulos del Dr. Ronald Roth, su potencial efecto iatrogénico, sin ninguna prueba concluyente, sobre la ATM.

"Los que llevamos usando con regularidad aparatos funcionales por más de treinta años, creo que podemos afirmar que funcionan

Al otro lado de los descreídos, clínica y/o científicamente, muchas veces nos encontramos la secta de los iluminados que creen en los milagros, al estilo del Padre Pío, que son capaces de producir estos aparatos a la hora de corregir no solo las maloclusiones esqueléticas sino todo tipo de dolencias musculares, esqueléticas e incluso anímicas, relacionando su acción con una inespecífica cura holística donde se entremezcla la posturología, la kinesiología, la homeopatía, los chacras y demás remedios pintorescos. Muchos de estos teóricos defensores de los aparatos funcionales, con su falta de rigor y sus absurdas hipótesis terapéuticas, han sido los principales enemigos de su merecida difusión y uso.

Los que llevamos usando con regularidad aparatos funcionales por más de treinta años, creo que podemos afirmar que funcionan y que en su escasa difusión han pesado más factores como la falta de técnicos competentes para su realización, su empleo por los odontopediatras y los no especialistas o su difícil producción, y venta, que otros factores, como la colaboración o las diferentes investigaciones en humanos.

A grandes rasgos podríamos decir que han existido cuatro etapas en el desarrollo histórico de estos aparatos; una primera empírica basada en los resultados clínicos, sin una documentación exhaustiva de los casos ni una mínima investigación; una segunda científica, que se corresponde con el redescubrimiento de estos aparatos europeos y su filosofía terapéutica, por destacados miembros de universidades norteamericanas y de la AAO (JA McNamara, DS Carlson, F Allen Bryan, AD Vardimon, TM Graber, J Stutzmann, A Petrovic, H Pancherz), y que dio origen a numerosas investigaciones en animales, con resultados alentadores para su aplicación en humanos; una tercera, de cierta frustración, al comprobar que los esperanzadores resultados obtenidos experimentalmente en animales no se correlacionaban con los obtenidos en la clínica (EG Katsavrias, JC Voudouris, etc), y una cuarta fase (Tarek El-Bialy, G Perinetti, PM Cattaneo), la actual, donde estoy seguro que se va a producir una nueva actualización del uso de estos aparatos de la mano del diseño y la fabricación digital, la aplicación de su filosofía biomecánica a los alineadores en dentición mixta y los resultados obtenidos en la prevención, y tratamiento, de la apnea nocturna del sueño y los problemas disfuncionales y de ATM en los pacientes en crecimiento.

Una muestra de aparatos funcionales diseñados y construidos digitalmente.

En mi opinión, un hecho que ha desvirtuado los incuestionables resultados de los aparatos funcionales, capaces de modificar dientes, hueso alveolar y caras, sin apenas tocar los dientes, es tratar de demostrar sus efectos buscando en el lugar equivocado. Me estoy refiriendo al cóndilo y la estimulación de la longitud mandibular (longitud cóndilo- pogonio). Es más, hay veces que me da la impresión de que hubo un cierto dirigismo investigador interesado, para llegar a las conclusiones deseadas (casi siempre desfavorables a los aparatos funcionales) y que lacónicamente se resumen en un limitado efecto exclusivamente dentoalveolar. Si bien no hay suficiente investigación sobre el tema, y se tiende a meter en el mismo saco a aparatos removibles muy diferentes en diseño y acción, podemos resumir que estos no son capaces de modificar el hueso basal o las estructuras alejadas del proceso dentoalveolar (estimulación verdadera del crecimiento mandibular), lo que no implica —y este punto es muy importante—, que no puedan influir drásticamente en el desarrollo vertical del proceso alveolar, del que, a su vez, depende en gran medida el crecimiento final de la cara.

Los nuevos aparatos funcionales digitales y los sistemas de registro integrados de escáner intraoral, fotografía y CBCT de raíces y hueso nos van a proporcionar nuevos hallazgos de los verdaderos efectos de estos aparatos que, sin duda volverán a poner de actualidad los trabajos e ideas de investigadores como M Moss (Hipótesis de la Matriz Funcional), A Petrovic (El aparato estomatognático como un Servosistema) o TM Graber. El refranero español, tan sabio diría: “Nunca es tarde cuando la dicha es buena”.

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* El Profesor David Suárez Quintanilla es catedrático de Ortodoncia de la Universidad de Santiago de Compostela (España), expresidente de la European Orthodontic Society y vicepresidente del área de Ortodoncia de la International Association for Dental Research. En sus treinta años dedicados a la Ortodoncia, ha creado procedimientos como la Técnica SWLF (Straight Wire Low Friction), desarrollada con la compañía RMO de Denver, que es actualmente utilizada por ortodoncistas de más de treinta países. Además es autor del libros como "Ortodoncia. Eficiencia Clínica y Evidencia Científica”.

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