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El virus SARS-CoV-2 y la enfermedad COVID-19

Los consultorios de estomatología deben contar con equipo de esterilización de vapor a presión (autoclave) para esterilizar instrumentos como las piezas de mano y los contraángulos. En la imagen, el autoclave Lina (W&H), que utiliza solo ciclos de esterilización tipo B (grado médico, EN 13060), óptimos para todo tipo de productos dentales.

lun. 6 abril 2020

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El autor, Jefe del Laboratorio de Microbiología en la UNAM y reconocido experto internacional en seguridad en odontología, exhorta a cumplir las normas de seguridad para evitar el contagio por COVID-19.

  BIOSEGURIDAD EN LA CLINICA DENTAL  

Este es un buen momento para recordar que no todos los odontólogos esterilizan rutinariamente la “pieza de mano” entre pacientes.

Los académicos dedicados a la investigación y enseñanza sobre la prevención y control de enfermedades transmisibles nos dedicamos a informar y formar profesionales de la salud sobre las medidas de prevención basadas en evidencia científica.

En las aulas y laboratorios analizamos información sobre enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes. Muchas veces, los riesgos de exposición y contagio son escuchados con incredulidad por colegas y alumnos, pues los avances científicos y tecnológicos del siglo XXI debiesen brindarnos protección; es decir, las enfermedades infecto-contagiosas deberían ser cosa del pasado, ¿no?

Claro que hemos presenciado la llegada de la encefalopatía espongiforme en vacas y humanos en Europa (mal de las vacas locas) en los ochentas. En este siglo, la diseminación del filovirus Ebola en África, el arribo de los virus Chiconguya y Zika a regiones septentrionales, la aparición del SARS, etc. También nos alarma el regreso del sarampión, particularmente por el rechazo de los “anti-vax” a la inmunización de sus propios hijos. Y no olvidemos la diseminación de las bacterias multirresistentes generadas por el mal uso y abuso de los antibióticos.

Hemos descrito diversos escenarios para el avance de una pandemia. En México, en 2007 habíamos planeado la respuesta a la posible llegada de una influenza desde otros países. Pero, en 2009 fuimos el epicentro de la pandemia por H1N1 2009 California. Fue un alivio que esta influenza H1N1 de 2009 fuese mucho menos agresiva que la H1N1 de 1918.

Sabemos que quienes atendemos enfermos estamos expuestos a los virus y bacterias que nuestros pacientes transportan y diseminan. En particular, los odontólogos estamos expuestos a aerosoles y salpicaduras que nuestros procedimientos generan en la boca del paciente. Este es un buen momento para recordar que, en Hispanoamérica, no todos los odontólogos esterilizan rutinariamente la “pieza de mano” (el taladro) entre pacientes.

La odontología es una actividad clínica que se desarrolla mayoritariamente en la práctica privada. Los odontólogos tememos al impacto económico negativo que sufriremos por el distanciamiento social y las indicaciones de salud pública para que la población se quede en casa.

En una sociedad globalizada, todos los seres vivientes estamos “confinados” en este mismo planeta, el cual —gracias al rápido vuelo del jet— ha reducido su aparente “gran” tamaño. Como ciudadanos responsables debemos evitar la desinformación tan común en una sociedad envuelta en redes sociales… Alguien dirá que el virus escapó o fue liberado intencionalmente o tal vez fue traído por extraterrestres. También se atribuirán propiedades protectoras e incluso curativas a soluciones milagrosas.

Para la protección del gremio y de nuestros pacientes, podemos obtener información confiable en: who.int, cdc.gov, osap.org, ada.org, consejodentistas.es.

Las pandemias son algo conocido, las hemos vivido antes. La pandemia por el virus de la inmunodeficiencia humana emergió en África y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida permanece con nosotros en todo el mundo. La diferencia con otras enfermedades transmisibles es su largo periodo de incubación, sus vías de transmisión y que no es tan contagiosa, en comparación.

"Los profesionales de la prevención y el control de infecciones abogamos por el distanciamiento oportuno y por la duración necesaria".

Las epidemias son abordadas en diversos libros como “La plaga” de Albert Camus, “La zona caliente”, “Crisis en la zona caliente” y “El demonio en el congelador” de Richard Preston, “La gran influenza” de John Barry y cols., “La plaga que viene” de Laurie Garret, “La plaga olvidada” y “Virus X” de Frank Ryan, “The antibiotic paradox” de Stuart Levy, entre otras obras igualmente excelentes. Sin olvidar “El amor en tiempos del cólera” del Gran “Gabo”.

Hemos visto películas, quasi apocalípticas, como “Outbreak/Epidemia” y “Contagion/Contagio”, pero son mera ficción como las historias de zombis, ¿verdad? Estas películas, ¿nos habrán ayudado a comprender la vulnerabilidad del orden social y la importancia del apego a las medidas de salud pública, o sólo habrán sembrado temor en nuestras mentes?

Ahora, que llegó el virus SARS-CoV-2, gracias a los medios de comunicación global, podemos seguir en tiempo real las cifras de personas que padecen la enfermedad COVID-19. Sentimos alivio mientras esto parece un problema lejano. Estamos atentos a los números de infectados confirmados, expuestos sospechosos, la cantidad de muertos. Nos inquieta cuándo llegará aquí, qué pasará, cuánto durará, qué sucederá después.

Ante la llegada y persistencia de un virus mortal, la epidemiología nos indica dos escenarios posibles. Sin distanciamiento crecerá rápidamente el número de casos que requieren de atención, se rebasará pronto la capacidad para atenderles y colapsarán los servicios de salud… no habrá suficientes médicos, enfermeras, camas, respiradores, medicamentos, ni espacio en las funerarias y cementerios. El distanciamiento compra tiempo, es decir, al exponerse los susceptibles enfermarán, pero la infección avanzará a un ritmo menor que no saturará los hospitales. También dará tiempo para optimizar el tratamiento y tal vez desarrollar una inmunización eficaz.

Se observa que COVID-19 afecta más a los hombres, a las personas mayores particularmente. Los estragos en Europa pueden recordarnos que las poblaciones europeas son más longevas. Países como Italia y España tienen una proporción grande de personas mayores en su población, tal vez esto contribuye a la gran morbilidad y mortalidad observadas.

En México, tenemos muchas personas susceptibles, no sólo las de la tercera edad. Las personas con sobrepeso, con problemas cardiovasculares que incluyen la hipertensión arterial, los diabéticos.

En una comunicación personal, la Dra. Sudeshni Naidoo, advierte que en Sudáfrica la mayor parte de la fuerza laboral no podrá “trabajar desde casa”, según se recomienda en los países industrializados. Además, existen de 5 a 6 millones de personas con VIH, muchos con coinfecciones por hepatitis B y tuberculosis, que les hacen altamente susceptibles. En cuanto a estar en casa y mantener una distancia segura, frecuentemente varias familias viven en una sola habitación.

Al igual que con “Tiburón”, la producción de Steven Spielberg, estas situaciones ponen de manifiesto lo mejor y peor de la conducta humana. Para no exponernos y salvar vidas, los profesionales de la prevención y el control de infecciones abogamos por el distanciamiento oportuno y por la duración necesaria, mientras que otros temen por los estragos a nuestra economía de consumo. Es cierto, en ambos ámbitos el costo social es enorme. Entonces, debemos evaluar nuestra escala de prioridades.

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El doctor Enrique Acosta-Gío, DDS, PhD, es Jefe del Laboratorio de Microbiología, División de Estudios de Posgrado e Investigación, Facultad de Odontología, Universidad Nacional Autónoma de México. Contacto: acostag@unam.mx

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5 thoughts on “El virus SARS-CoV-2 y la enfermedad COVID-19

  1. Dr. Acosta says:

    Dra. Azcona, efectivamente … “The Plague” es el título en inglés.

  2. Cecilia says:

    Buenas noches, excelente artículo, gracias por la información.

  3. Gladys Azcona says:

    Admirado Dr. Acosta . Lo felicito por su articulo y sobre todo el advertirnos sobre la desinformación y mandarnos unas ligas fidedignas y de primera mano ,El libro de Albert Camus en español siempre se ha titulado “La Peste” y es una genialidad donde muestra el carácter de los individuos en tiempos difíciles. Un infaltable de leer en estos tiempos. Saludos

  4. Alejandra Ponte Marín says:

    Excelente artículo! Muchísimas gracias. Saludos desde RD

  5. Rafael Ramírez says:

    Dr. un placer saludarle, quiero preguntarle ¿que tan efectivo puede ser el túnel de ozono y luz ultravioleta contra el civid-19?

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