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Remedios estomatológicos del “Tesoro de Medicinas” de Gregorio López

Retrato de Gregorio López, monje que reunió en su libro “Tesoro de Medicinas”, publicado en 1672, los tratamientos dentales que aprendió y utilizó en México.

mié. 9 junio 2021

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El Dr. Javier Sanz Serrulla, Académico de la Real Academia Nacional de Medicina de España, hace una revisión de la obra el “Tesoro de Medicinas”del “venerable” Gregorio López, la cual trata sobre los remedios que se aplicaron en la patología bucodental que sufrieron los pobladores de las Américas durante el siglo XVI, con el objetivo de completar la historia odontológica del Nuevo Mundo.

Dedico este artículo al Dr. Rolando Peniche, Presidente de FIEFO y a todos los dentistas de México.

Primera parte de una serie de cuatro artículos sobre los remedios dentales de Gregorio López.

Debido al testimonio diverso de algunos autores, el linaje de Gregorio López ha estado envuelto en el misterio, hasta el punto de que Hirsch[1] todavía aceptaba la leyenda de que se trataba del mismo príncipe Carlos (1545-1568), hijo de Felipe II, cuyos últimos años y muerte han sido objeto de múltiples especulaciones históricas. Riva Palacios[2] escribió que la vida del príncipe había sido perdonada por el asesino enviado por su padre, al prometerle marchar en exilio a México y que jamás revelara su identidad. Esta leyenda, conforme dice Francisco Guerra[3], encontró justificación por rehusar siempre Gregorio López a dar el nombre de sus padres, además de su parecido facial con Felipe II (sobre el cual puede opinar el lector en las efigies que aportamos) y el texto Secretum meum mihi que aparece en su retrato y que algunos creen hace referencia a tener sangre real. 

La información más segura sobre la vida de Gregorio López procede de la biografía del Padre Francisco Losa (1536-1642), sacerdote de la catedral de México[4]. Circuló como manuscrito desde 1598 hasta que llegó a manos de Fray Domingo de Ulloa, obispo de Michoacán. El libro se imprimió gracias al interés del Marqués de Salinas y el Obispo Guerra. Entre los estudios más recientes destaca el de Álvaro Huerga Teruelo OP[5].

Nació Gregorio López en Madrid, el 4 de julio de 1542, y fue bautizado en la Real parroquia de San Gil. Dice Losa que huyó de casa siendo niño, quizá hacia los ocho años, y que pasó los seis siguientes en los bosques de Navarra con un ermitaño. Hallado por su padre en 1555 pasó a servir de paje por espacio de un sexenio en la Casa Real, asentada todavía en Valladolid. En 1562 decidió ir a México y de camino hacia Sevilla visitó el Monasterio de Guadalupe, donde, inspirado por la Virgen María, acordó pasar el resto de su vida en retiro, consagrado a la oración.

Llegó, pues, este año a Veracruz con veinte años, y en San Juan de Ulúa regaló todas sus pertenencias a los pobres antes de trasladarse a la Ciudad de México donde trabajó unos días hasta que se retiró al centro minero de Zacatecas para vivir siete años como ermitaño. Invitado en 1570 por Fray Domingo de Salazar, intentó residir en el convento de los Dominicos en la Ciudad de México pero al no serle posible obtener una celda sin ingresar en la Orden se retiró a la región de Huaxteca. A los cuatro años sufrió un violento ataque de disentería que le obligó a recibir cuidados médicos en Atlixco. En 1578 pasó a vivir junto al santuario de Nª. Sª. de los Remedios cerca de la Ciudad de México y fue en esta época cuando conoció al padre Losa, quien al verle en tan mal estado obtuvo permiso para que ingresara en el célebre Hospital de Huaxtepec, construido por el venerable Bernardino Álvarez (1514-1584), fundador de la Orden de la Caridad de San Hipólito.

Edición de 1708 de “Tesoro de Medicinas”.

Durante una década, entre 1580 y 1589, vivió en este lugar y fueron los años más interesantes desde el punto de vista médico. Después de algún tiempo en San Agustín de las Cuevas, pasó a la ermita de Santafé, cerca de Tacubaya (hoy un barrio de México) donde en precario estado de salud vivió en oración asistido por su biógrafo Losa hasta el día de su muerte, acaecida en ese lugar mexicano el 20 de julio de 1596.

Reverenciado por la gente de México, su cuerpo fue llevado en 1616 desde la iglesia de Santafé al convento de Carmelitas de San José y después se trasladaría a la catedral de la capital mexicana. Algunos de sus huesos fueron llevados a España para reposar en el monasterio burgalés de San Millán. En 1625, Felipe IV encomendó al virrey Enrique Pacheco y Osorio, Marqués de Cerralbo, recoger sus obras, encargándose el rey de la beatificación y canonización de López, que quedó suspendida, de ahí que se le nombre habitualmente como “venerable”.

Pese a las dudas existentes sobre sus primeras letras y posterior educación, es probada y reconocida su sabiduría en varios campos. De nuevo, Losa dice que era también astrólogo, cosmógrafo y geógrafo. Parece tenía medidos los cielos y la tierra y la mar a palmos. Tenía un globo y un mapa hecho de su mano, que a la primera vista parecía de molde, con toda verdad y naturalidad, que por tal se le oía alabar a los insignes maestros que le vieron. En cuanto a su producción escrita, es también obra suya segura Declaración del Apocalipsis (Madrid, 1678), enmarcada en el ambiente apocalíptico que floreció en México a finales del siglo XVI. 

El “Tesoro de Medicinas”

Durante su residencia en el hospital de Huaxtepec, siguiendo el testimonio de Losa, escribió Gregorio López un libro de Medicina de muchos remedios para diversas enfermedades, sacado de varias experiencias y de el grande conocimiento que tuvo de las propiedades y virtud natural de las yervas. Escriviole de su mano y letra, que parecía de molde. Hizieronse muchos traslados y se enviaron a diferentes partes y hospitales. De este libro se valían los Hermanos (de la Caridad de San Hipólito) en la cura de enfermos, y quando iban a pedir limosna por toda la tierra; y era más maravilloso el acierto y buen sucesso de los remedios y medicamentos que por el libro aplicaban a varias enfermedades, como si el Autor huviera estudiado muchos años la facultad de Medicina.

La primera edición impresa no salió hasta 1672 y gozó de tal éxito que dos años después volvió a editarse, con notas de los doctores Mathias de Salcedo Mariaca y Joseph Dias Brizuela. El manuscrito más auténtico se conserva en el Archivio Segreto Vaticano.

Un primer apartado se refiere a lo que anuncia su título, las propiedades curativas de las plantas en cuanto a lo que la experiencia iba acumulando una vez se aplicaban en los más diversos episodios bucodentales, generalmente como enjuagues en afecciones de la mucosa o bien aplicándolas en el diente dolorido, casi siempre en el profundo orificio —la lesión cariosa— dental, no faltando tampoco las instilaciones de ciertos líquidos en el conducto auditivo externo con ánimo asimismo antiodontálgico. Tampoco escasean los preparados dentífricos, no ya con fines curativos sino embellecedores de los dientes[6].

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El Dr. Javier Sanz Serrulla es Académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina de España.

Nota: Este artículo fue publicado originalmente en “Odontólogos de Hoy”, la revista más leída por los odontólogos españoles, y se reproduce con permiso de dicha publicación.

No te pierdas el próximo capítulo de este artículo, que describe las yerbas que se usaban para tratar diferentes dolencias dentales y se publicará la semana que viene.

Indice de capítulos sobre El “Tesoro de Medicinas” de Gregorio López

  1. Los remedios en el “Tesoro de Medicinas” de Gregorio López
  2. De la virtud de las yerbas
  3. Remedios dentales por orden alfabético
  4. Medicinas dentales de América.

 Bibliografía

  1. Hirsch, A (Ed.) Biographisches Lexikon der hervorragenden Ärzte aller Zeiten und Wölker. Berlin, Urban & Schwarzenberg, 1931-1935.
  2. Riva Palacios, V (Ed.) México a través de los siglos. Barcelona, Espasa y Cía, 1883-1890.
  3. Guerra, F. El Tesoro de Medicinas de Gregorio López 1542-1596. Estudio, texto y versión. Madrid, Ediciones Cultura Hispánica del Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1983.
  4. Losa, F. La vida que hizo el siervo de Dios Gregorio López en algunos lugares de Nueva España, Y principalmente en el Pueblo de Sancta Fee, dos leguas de la Ciudad de Mexico, donde fue su dichoso transito. México, Imprenta de Juan Ruiz, 1613. Fue reimpresa con algunos cambios por Fray Alonso Remón y Luis Muñoz en Madrid y además existen versiones resumidas de la misma y traducciones al francés, inglés, portugués e italiano. De la biografía de Losa se conocen más de 40 ediciones. Siguiendo principalmente esta fuente, Francisco Guerra elaboró su mencionado libro.
  5. Gregorio López | Real Academia de la Historia (rah.es) Cfr. también el antedicho estudio introductorio, págs. 1-150, en la edición de la Declaración del Apocalipsis (Madrid, Fundación Universitaria-Universidad Pontificia de Salamanca, 1999. Col. Espirituales Españoles, Serie A, Tomo 46).
  6. Por no citar con tan excesiva prolijidad, remitimos globalmente a las páginas 47-188 del Tesoro de Medicinas en la mencionada edición de Francisco Guerra.
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