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Con licencia para hacer trabajos de especialista

mar. 20 agosto 2019

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El Dr. Gálvez Núñez discute la necesidad de regularizar los cursos de diplomados para que los odontólogos generales que los tomen no se den las atribuciones de un especialista.

  CAPSULAS DE HONDURAS  

Hoy en día se han puesto muy de moda los diplomados en sus diferentes modalidades; la Odontología no ha sido la excepción: continuamente vemos anunciados en las redes sociales o recibimos en nuestros correos electrónicos invitaciones para un u otro diplomado, unos a precios muy cómodos y otros bastante elevados. Pero la pregunta que nos ocupa es: ¿son realmente los diplomados una licencia para realizar el trabajo que corresponde a odontólogos con Especialidad? Antes de contestar esta pregunta, voy a sumergirme o al menos hacer una pequeña inmersión, en lo que significa un diplomado.

Si nos vamos por el significado simple de la palabra “diplomado”, encontraremos que para empezar no es un grado académico’ por lo tanto, no nos faculta para realizar un trabajo de especialista. Escribiré una definición básica de la palabra diplomado:

“Un diplomado o diplomatura en Latinoamérica es un curso de corta o mediana duración, generalmente dictado por una universidad o institución de educación superior, que tiene el propósito de enseñar, complementar o actualizar algún conocimiento o habilidad específica. Se diferencia de una especialización en que los diplomados no conducen a la obtención de ningún título ni grado académico”.

"Hay tantos odontólogos generales que pertenecen a la escuela del “yo me atrevo” por haber tomado un diplomado, sin preocuparles que puedan terminar demandados por daños y perjuicios".

Actualmente hay una diversidad de diplomados para el área de odontología, como los de odontopediatría, rehabilitación oral, operatoria estética, cirugía de terceros molares, sobre los cuales, los odontólogos generales como yo tenemos la comprensión o el conocimiento, ya que fueron clases recibidas durante nuestra formación en la escuela de pregrado. Sin embargo, hay otros diplomados que deberían ser exclusivamente para los especialistas como lo son los de ortodoncia e implantología dental. Lastimosamente. este tipo de diplomados se están vendiendo como pan caliente a precios “cómodos” que se vuelven una opción para aquellos que, por diferentes razones, no hemos podido obtener una especialidad. No recuerdo que durante el pregrado hayamos colocado brackets, la clase de ortodoncia fue una orientación básica de todo lo que involucra esta especialidad, y tampoco con respecto a la implantología, pues en mi país, el pensum académico no incluye esta materia, que se menciona y se ve de manera superficial en la clase de cirugía dental y periodoncia.

Al enfocarme en los diplomados de ortodoncia e implantología dental, quiero decir que se está cometiendo una barbarie en perjuicio de los pacientes, que por ahorrarse unos centavos, prefieren visitar un odontólogo general, aquel que con un curso (diplomado) en alguna de estas dos áreas mencionadas se atreve a ofrecer servicios de una especialidad. Y, claro, cuando se presentan los desastres, estos pacientes son remitidos en la mayoría de las ocasiones, donde el mismo especialista que impartió el diplomado.

Sé que a muchos les puede molestar esto que escribo, pero es necesario hablar con suficiente valor, sin reservas y con responsabilidad en la prestación de servicios de nuestra profesión.

Es común ver tantos odontólogos generales que pertenecen a la escuela del “yo me atrevo” por haber tomado un diplomado en las áreas mencionadas, sin preocuparles que puedan terminar demandados por daños y perjuicios, simplemente por no tener la humildad de decirle a su paciente “no es mi especialidad”, pero puedo remitirle con un especialista.

Los odontólogos generales estamos capacitados para realizar múltiples procedimientos odontológicos, siempre y cuando no invadan los tratamientos que corresponden a un especialista, aunque hayamos tomado un diplomado.

Consulté con algunos especialistas en el área de ortodoncia, cirugía, periodoncia y rehabilitación oral. Ninguno me dijo que estuviera de acuerdo con los diplomados de libre acceso. Es inadmisible que en Latinoamérica no haya una normativa para regular el alcance de la práctica de este tipo de estudios. Es como que a un grupo de cirujanos maxilofaciales se les ocurra dar un diplomado de cirugía ortognática con duración de 6 meses a un precio “cómodo” y con estos 6 meses de capacitación, los odontólogos generales tengan licencia para realizar estos procedimientos.

Ahora sí puedo responder a la pregunta que esbocé al inicio. La respuesta es NO, no tenemos licencia para realizar trabajos de especialistas sacando un diplomado. Me encantaría que los profesionales que tiene a su cargo la dirección de la Odontología tomaran con seriedad esta situación y reglamentaran de manera responsable la apertura de los diferentes diplomados, a fin de que se respeten las diferentes áreas de trabajo. Sé que hay mucho por mejorar, pero lo importante es comenzar. Hoy hago esta reflexión sin el ánimo de ofender a mis colegas; todo lo contrario, intento promover que se recapacite en cómo están prostituyendo nuestra profesión, la que muchos amamos de verdad, aunque por decir y hacer las cosas correctamente, muchas veces tengamos que cargar la culpa de los que se encargan de minimizar la odontología.

“El poder conseguido por medios culpables nunca se ejercitó en buenos propósitos” — Cornelio Tácito, Historiador romano.

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 * El Dr. Miguel Alberto Gálvez Núñez es un odontólogo hondureño que ejerce en Tegucigalpa.

 

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