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La otra pandemia

Sin siquiera mostrar los dientes, Leonardo da Vinci fue capaz de esbozar una de las sonrisas más naturales, atractivas y misteriosas de la historia: la de la Mona Lisa. La Odontología Estética Racional persigue también un patrón de belleza natural, que evita el “look” artificial de dientes grandes y extremadamente blancos.

lun. 19 abril 2021

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El Dr. Enrique Jadad expone su opinión respecto a los tratamientos injustificados de carillas y blanqueamientos dentales, a los que califica como otra pandemia de consecuencias peligrosas realizada por personas que no tienen en cuenta la ética profesional ni la salud de sus pacientes. Las consecuencias de ello pueden reflejarse próximamente en una avalancha de demandas por mala praxis.

La situación actual que vivimos a nivel odontológico parece que sigue empeorando. El aumento de escuelas y facultades de odontología, que han educado a miles de nuevos odontólogos de forma masiva, nos está trayendo hoy sus consecuencias: mediocridad, falta de colegialidad y de ética con pacientes y colegas. Esta pandemia que nos ataca no es solamente la del COVID-19, sino que ha sido provocada por varios factores, como los mal llamados Diseños de Sonrisa, las cadenas de clínicas low cost y la ya mencionada proliferación de Escuelas de Odontología sin un adecuado nivel académico.

No se ha regulado que existan asociaciones odontológicas únicas en nuestros países, que deberían velar por los derechos profesionales ante el gobierno y los ciudadanos. El resultado es una profesión en caos, donde los pacientes proponen tratamientos y tarifas, e incluso califican al profesional de acuerdo a lo que se dice en Instagram. Nuestra profesión ha regresado casi al nivel de los teguas o culebreros de antaño. Conozco a muchos profesionales que enseñan y practican una Odontología Estética Racional, por lo que no quiero generalizar, pero también es cierto que mucho Diseño de Sonrisa actual está muy distante del concepto por el que se creó: para generar conciencia de la importancia de restaurar creando armonía y belleza en los dientes y la sonrisa de los pacientes.

Realizar un tratamiento innecesario de carillas no es ético; no es lo mismo que cortar uñas o cabello, es mutilar esmalte y generar una desgracia para toda la vida a esos pacientes.

Muchas veces veo en redes sociales casos de esos mal llamados diseños de sonrisas; dientes intactos con un esmalte bello, algunas rotaciones dentales que bien podrían ser solucionadas con ortodoncia, pigmentaciones que con un simple aclaramiento dental se solucionarían. Ante el manejo poco ortodoxo de estos “casos”, solo puedo expresar que no entiendo para qué les colocan carillas a pacientes con dientes prácticamente sanos y el esmalte intacto, excepto porque quien los hace está pensando sólo en dinero.

Es cierto que no falta quien dice, “es que el paciente lo pidió”, y triste que este tipo de odontología del consumismo sea la que está de moda.

Si el paciente lo pide y no le haces lo que pide, seguramente se buscará a otro que le cumpla ese sueño de tener los dientes “blancox” y de tamaño enorme. Por mi parte, por ética y por mis valores no lo atiendo, aunque se vaya a otro dentista, pero me quedo con la conciencia tranquila por haberle explicado la situación y tratado de hacerle entrar en razón.

Otro problema al que nos enfrentamos son los profesionales que pisotean esta linda labor tirando por el suelo los precios. Es deplorable y decepcionante ver a la competencia trabajando a precios irrisorios, haciendo descuentos absurdos, incluso regalando procedimientos. Si todos los odontólogos cobraran la consulta, la historia sería diferente. Después de invertir un promedio de cinco años de estudios de carrera, regalar la consulta es una locura. Los mismos profesionales hemos malacostumbrado a los pacientes.

Lo cierto es que los buenos odontólogos, los serios, los éticos, tenemos mucho trabajo porque los pacientes perciben la calidad de la atención. No necesitamos dañar los dientes de nadie con carillas innecesarias por unas monedas. Quien hace eso no tiene ni ética ni honestidad, porque no es lo mismo que cortar uñas o cabello, es mutilar esmalte y generar una desgracia para toda la vida a esos pacientes.

No se trata de si sabes hacer un procedimiento clínico o no: de lo que se trata es de defender la salud de los pacientes por encima de todo interés o deseo.

He llegado a ver pacientes que llevan años haciéndose blanqueamientos, que saben que es imposible obtener el tono blanco que quieren, y que optan entonces por buscar a otro profesional que siga sus deseos y terminan con carillas, pese a que esté totalmente contraindicado. Esto es algo que no puede ser decisión del paciente, porque es crearle problemas en vez de darle una solución. La responsabilidad, aunque el paciente firme un consentimiento informado, es del odontólogo porque una gran mayoría de esos desastres de sonrisas son tratamientos mutilantes e injustificados. Es otra pandemia a la espera de que los pacientes empiecen a demandar en masa.

Todos pueden cometer errores, porque antes de ser profesionales o especialistas somos seres humanos. El problema no es equivocarse, sino hacerlo tan rutinariamente que parece que los errores sean procedimientos normales.

Considero que es importante poder realizar una interconsulta para llevar a feliz término un caso, tanto sencillo como complejo; no debemos sentir pena por preguntar, por pedir ayuda, consejo o guía; muchas veces esos consejos incrementan nuestro conocimiento.

Todos estamos de manera activa en esta bonita, sufrida y poco valorada profesión, donde la competencia desleal abunda, donde más de un profesional actúa motivado por el dinero, donde el paciente paga muchas veces las consecuencias. Vuelvo y repito, solo estoy dando una opinión sin ánimo de incomodar: la ética está siempre por encima del bolsillo y hay que tener presente que cada uno de los pacientes es un aprendizaje constante.

Colegas, es nuestro deber hacer entrar en razón al paciente respecto al gran error que muchas veces desean cometer contra sus propios dientes. Yo los convenzo siempre diciéndoles lo siguiente: “Esos dientes tan hermosos yo no se los daño, porque el esmalte que se va, no vuelve nunca más”.

El doctor Enrique Jadad Bechara, Especialista en Rehabilitación Oral, investigador y conferencista con práctica privada en Barranquilla (Colombia), es Fundador y Director Científico de Helident Training Center en Sevilla, España. Contacto: ejadad@gmail.com

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