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El lado bueno de la pandemia

Espectacular imagen de la aurora borealis captada en Islandia por la cámara de José Antonio Rosario.

sáb. 15 mayo 2021

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El Dr. Enrique Jadad explica que la pandemia también ha aportado cosas positivas, como las horas en casa dedicadas a reflexionar y concebir emprendimientos, desde iniciativas solidarias, conferencias gratuitas y eventos científicos a conciertos musicales. En definitiva, que la gente ha sabido sacarle jugo a la situación.

El año 2020 y lo que llevamos de este 2021 han sido tiempos que van a quedar grabados en nuestra memoria para siempre. Un par de años en el que ocurrieron eventos que jamás pasaron por nuestra mente, se originó una pandemia mundial con la que continuamos viviendo y que por desgracia parece que vamos a convivir con ella durante un tiempo indeterminado.

He aprendido a lo largo de mi vida que a todo evento se le debe buscar el lado bueno, incluso a las pandemias. Esto lo han expresado muchos psicólogos y psiquiatras, que nos han pedido a todos realizar un esfuerzo para extraer la parte positiva de todo esto. A pesar que el Covid-19 haya traído desgracias de todo tipo, quiebra económica, pérdidas humanas irreparables, depresión y hasta la desestabilización de numerosos países, no se puede negar que también ha aportado algunas cosas que no pensábamos que fuéramos a volver a ver.

La pandemia del Covid-19 nos ha mostrado que los cambios pueden ser implementados más rápido de lo esperado. Hemos percibido estos cambios en lo político, la economía, así como a nivel social. El coronavirus ha servido como un ingrediente para alejarnos del consumismo; le hemos prestado menor interés a la intervención estatal y la gestión de esta crisis y más a temas relacionados con la ética y la moral, que son prioritarios en nuestras vidas.

Los investigadores, los médicos y el personal del sector salud han notado aspectos positivos, tan curiosos como inesperados, en el comportamiento humano durante la pandemia por Covid-19. Se ha podido percibir que los cielos son más azules, ocurren menos accidentes de tránsito, la criminalidad ha descendido y algunas enfermedades infecciosas están decreciendo. No obstante, otros cambios son más cuestionables: la caída en picado de enfermos que acuden a las urgencias hospitalarias por ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares por miedo a contraer el coronavirus; las llamadas a los centros de información de tóxicos han aumentado un 20% y las correspondientes a los teléfonos de prevención de suicidios se han multiplicado exponencialmente. A todo ello habría que sumar el incremento del consumo de alcohol y drogas, dietas poco saludables y la ausencia de ejercicio físico.

“Puse a trabajar a mis neuronas en la búsqueda de una barrera protectora para enfrentar la pandemia”.

Ese refrán que dice que la unión hace la fuerza que siempre hemos escuchado, nos dice que entramos en razón y que parece que por fin, gracias a la pandemia se está cumpliendo a cabalidad. Son muchos los actos de bondad que se han podido ver, de los médicos y el personal de la salud trabajando sin descanso, sacrificando el valioso tiempo de estar con sus familias con tal de frenar esta pandemia; he podido vivir experiencias en las que los vecinos de nuestro hogar han mostrado una solidaridad nunca antes vista.

Cambios positivos

El daño ocasionado por la pandemia ha generado probablemente una de las catástrofe más grandes de la historia de la humanidad, y después de más de un año de sufrimiento y zozobra es que empezamos a tener una protección, gracias al descubrimiento e implementación de las vacunas.

La gravedad de lo que está viviendo en todo el mundo en este momento no se puede ignorar, aunque estoy seguro que muchos lo hemos intentado. Es imposible aislarse mental y físicamente con la exposición constante a las noticias y las actualizaciones acerca del Covid-19 que nos transmiten día tras día. Es muy difícil concentrarse en algo positivo que pueda estar pasando en nuestras propias ciudades, países o a nivel internacional. A pesar de todo esto, no significa que no estén ocurriendo cosas buenas. Muy seguramente hayan escuchado que la contaminación del aire ha disminuido y que la calidad del agua ha mejorado, y en documentales y videos, ríos, mares y lagos aparecen cristalinos como nunca antes.

Es probable que nuestros hogares nunca haya estado tan limpios como ahora, también he sentido que el encontrarnos con un amigo en el supermercado puede ser lo más destacado de la semana. Son muchas las cosas extrañas y maravillosas que están sucediendo en el mundo para recordarnos que, a pesar de todo, todavía hay algunas cosas por las cuales podemos sonreír y disfrutar.

El estar tanto tiempo metidos en casa nos ha aportado también cosas positivas; valoro inconmensurablemente todas esas horas que he tenido para pensar y emplear en todo tipo de emprendimientos. De este tiempo para reflexionar han surgido muchas iniciativas solidarias, conferencias gratuitas, seminarios, eventos científicos, conciertos musicales, páginas web para fomentar la lectura y el estudio; en definitiva, la gente ha sabido extraer el jugo de la situación para aportar cosas positivas a la humanidad.

Ahora, por ejemplo, el público es más receptivo a aceptar los mensajes de salud pública y a actuar en consecuencia. Se ha reportado un radical descenso de los casos de enfermedades respiratorias como gripe, parainfluenza, VRS y metapneumovirus humano, debido, muy probablemente, a la prolongada cuarentena que ha motivado el cierre de guarderías y colegios y la adquisición de hábitos saludables como el lavado de manos y una adecuada higiene personal. Los niños están aprendiendo qué son los gérmenes y cómo se diseminan.

La violencia doméstica ha aumentado y la economía global ha caído en picado; los crímenes, los robos callejeros y el tráfico también han descendido considerablemente. La NASA ha documentado una reducción de la contaminación del aire de un 20 a 30% en las grandes ciudades del mundo. Según la Universidad de Stanford, esa mejora del aire podría, solo en la República Popular China, salvar la vida de 4.000 niños menores de cinco años y la de 70.000 adultos de más de setenta. Por tanto, se podría concluir que una pandemia es una terrible manera de mejorar la salud medioambiental.

A título personal, les quiero compartir que durante los primeros días de la pandemia y al sentir ese oscuro panorama que se nos venìa encima, la angustia y la incertidumbre me carcomía la mente y el alma. Durante los meses de marzo y abril de 2020 estuve a punto de llorar, pensaba en lo que se vendría, las deudas, los pacientes temerosos de ir a visitar mi consulta, el miedo al contagio, la poca información disponible, sin lineamientos claros de manejo de la situación, sin protocolos definidos. Así que puse a trabajar a mis neuronas en la búsqueda de una barrera protectora para enfrentar la pandemia, una barrera que nos brindara tranquilidad. Cuanto más leía y revisaba la literatura existente, más me convencía sobre la necesidad imperiosa de crear un producto eficaz contra el virus SARS-CoV-2.

El 17 de abril de 2021 se cumplió el primer año de haber sido concebido un enjuague bucal capaz de bajar la carga viral en boca. Este desarrollo científico se realizó de la mano de mi gran amigo Mauricio Dobboletta, CEO y Presidente de Laboratorios Brix Medical Science. El proceso ha sido muy duro, horas y horas de estudio, de revisiones de la literatura, de pruebas de laboratorio, cientos de videoconferencias, para lograr algo que realmente valioso para ayudar a preservar la salud de los seres humanos.

“El sueño de llevar este producto a todos los rincones del mundo está en marcha”.

A partir de este momento, estamos de lleno metidos en esta aventura hermosa llamada Xyntrus. Somos unos bendecidos, doy las gracias al supremo creador, a mi familia, especialmente a mi esposa Jennie por todo el apoyo y comprensión brindados; a mis hijas, por estar siempre dispuestas a darme la mano, y muy especialmente a todo el equipo de científicos que ha apoyado este sueño nacido en plena pandemia.

Hace unos cuantos días pude ver la imagen de la primera estantería de farmacia con el enjuague bucal Xyntrus a la venta al público, en Carcarañá, Provincia de Santa Fé, Argentina. Este es el inicio de la presencia masiva de este producto en el mundo entero, el sueño de llevarlo a todos los rincones del mundo está en marcha.

 

 

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