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El virus que nos hizo reflexionar

Estos diminutos organismos han conseguido arrodillar a los más poderosos estados, a sus gobernantes y habitantes, desatando en una pandemia sin precedentes. (Foto: CDC / Unsplash)

vie. 20 marzo 2020

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El rehabilitador oral colombiano cuestiona cómo un organismo microscópico ha podido alterar la vida en todo el mundo, llegando hasta el punto de que expresiones de amor, como un beso o un abrazo, se tornen en actos que son ahora vistos como si fueran ataques letales.

  CORONAVIRUS EN ODONTOLOGIA  

Los médicos y odontólogos volvimos a ser vistos con la importancia de antaño, volvimos a ser más importantes e indispensables que los ídolos actuales”.

La Organización Mundial de la Salud ha declarado el virus COVID-19 como una pandemia, no es una decisión sorpresiva pues la velocidad de la propagación indicaba que esto era de esperar. Sin embargo, esta decisión es muy importante porque permitirá a los gobiernos rápidamente movilizar recursos para estrategias de mitigación. Este virus es altamente transmisible, se ha expresado que cada persona infectada puede contagiar en promedio a 2 a 3 personas adicionales.

Ante los sucesos que estamos viviendo debemos reflexionar sobre nuestro comportamiento muchas veces egoísta, protectores de nuestro entorno íntimo. La repentina irrupción de una epidemia viral que se torna agresiva y es declarada por la OMS como pandemia nos sacude hasta la última fibra de nuestro ser para hacernos caer en cuenta que el mundo se une en torno a la nefasta llegada de un apocalipsis viral, las fronteras de los países que en el pasado se defendieron con guerras y barricadas se quebraron ante la presencia de un bichito microscópico de origen desconocido, aunque del que se tiene conocimiento de las muertes causadas a su paso.

El nivel de contagio es inusual y no discrimina entre ricos y pobres, no existen países débiles o poderosos, las potencias que se sentían infalibles vieron cómo se puede caer ante expresiones de cariño o de confraternidad, lo más sublime del amor, como lo es un beso o un abrazo, se volvieron actos rechazados que son vistos como armas letales.

Ante esos microscópicos seres llamados coronavirus nos hemos dejado llevar a niveles de pánico inimaginables, por temor o miedo hemos empezado a recapacitar sobre lo que era importante o banal, para la sociedad en general, para los médicos y todo el personal de salud, incluidos los odontólogos. Volvimos a ser vistos con la importancia de antaño, dadas las enormes connotaciones e implicaciones en salud generadas por el coronavirus, volvimos a ser más importantes e indispensables que los ídolos actuales, llámense actores, deportistas, artistas o ‘influencers’, y algo más increíble aún, invertir en hospitales o clínicas hoy día es más importante que construir armas o satélites de guerra.

Por culpa de estos minúsculos organismos, los líderes globales le dieron su valor real a la ciencia, al fin se está anteponiendo la salud y el bienestar a la economía”.

Ante estos diminutos pero pandémicos organismos se inclinaron e hincaron de rodillas los más poderosos estados, sus gobernantes y sus habitantes; pasó lo inimaginable: se cancelaron eventos deportivos importantes como los torneos de golf, las eliminatorias al mundial de fútbol así como los torneos locales e internacionales en el mundo entero, han aplazado o cancelado conciertos de las súper estrellas de la música, los rodajes de cientos de películas, el Papa Francisco ha instado a dar las misas online o por streaming, en fin, se han cancelado todos los eventos masivos.

Por culpa de estos minúsculos organismos, le volcamos la atención a los ancianos, y los líderes globales —presidentes, jefes de estado, y todos aquellos que lideran a la humanidad— le dieron el valor real y el estatus correcto a la ciencia, al fin se está anteponiendo la salud y el bienestar a la economía. El miedo se ha apoderado de las mentes y el raciocinio de los seres humanos, veo a la gente caminando con tapabocas, saludando con los antebrazos o con los codos, no se quiere tener contacto con otras personas, se siente el miedo a estar en reuniones concurridas, en general, no vemos lugares seguros más allá de las paredes de nuestros hogares, se siente temor a salir, a ir de compras al supermercado, tienda o lugares de abarrotes.

Es triste ver el egoísmo y la falta de solidaridad de algunos personajes que han salido a comprar toneladas de elementos básicos de cuidado personal como papel higiénico, alcohol, jabones antibacterianos, tapabocas, sin pensar en sus congéneres. Es importante entender y tener bien presente que todos los que nos rodean —familia, amigos, conocidos o simplemente vecinos—, todos necesitan de estos elementos para preservar su salud y de paso la nuestra, ya que si todos estamos bien, poco es el riesgo de contagiarnos.

He tenido la oportunidad de dialogar con líderes de la Odontología, no solo en Colombia sino de otros países, y todos coinciden en la toma de decisiones drásticas. Lo ideal sería cerrar las consultas y clínicas por un tiempo prudencial de al menos 15 días, con esto minimizaríamos el riesgo de propagación de esta terrible enfermedad. Aunque cada consulta privada o clínica es libre de cerrar, no sería apropiado aislarnos de nuestros pacientes, ya que ante una emergencia el paciente se vería obligado a acudir a recibir atención pública o a los servicios de urgencia disponibles, aumentando las posibilidades de contraer o transmitir el coronavirus.

Es importante seguir una serie de recomendaciones que pueden ayudar al odontólogo y a los pacientes para prevenir y evitar posibles riesgos para la salud. Se recomienda tomar todas la medidas universales y específicas para el control de la infección. Entre ellas destacan el lavado de manos, los métodos de protección de barrera, como los guantes y las mascarillas, o la limpieza y desinfección de las superficies de trabajo en la clínica, entre otros. Otros temas a tener en cuenta son evaluar el riesgo-beneficio de la atención odontológica, el aplazamiento de citas en casos de tratamientos que no sean de urgencia, permitir al personal administrativo trabaje desde sus casas. La realidad es que no estamos ante un enemigo pequeño, que el tema del coronavirus debe ser tomado muy en serio.

Lo que sigue es esperar las directrices específicas que nos indiquen nuestros gobernantes para ir todos en la misma dirección, así como que se articulen ayudas y beneficios tributarios y bancarios para los odontólogos y personal de la salud en general con el fin de amortiguar los graves perjuicios económicos que se puedan derivar de esta situación.

El éxito de nuestros países frente a esta pandemia dependerá de nuestra capacidad de hacer que el virus avance con lentitud entre nosotros. De esa manera, salvamos vidas, evitaremos que los servicios de salud colapsen y esquivamos muchos de los riesgos económicos. Debemos estar unidos ahora más que nunca, no confundir el ayudar con rechazar al prójimo, debemos tomar la medida drástica de quedarnos en casa, evitar ir a lugares de alta afluencia de personas, de esta manera disminuiremos el riesgo de contagio y la propagación exponencial de esta temible enfermedad.

Es clave tener en cuenta que hay demasiados vacíos en el conocimiento de esta pandemia. Los estragos generados por el coronavirus podrían continuar por largo tiempo hasta que se alcance el nivel deseado de población inmunizada. Lo ideal sería desarrollar vacunas. Los expertos dicen que la transmisión continuará y que las medidas de contención deben expandirse en el tiempo, por eso debemos seguir las indicaciones de nuestros gobiernos, debemos quedarnos en casa.

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El doctor Enrique Jadad Bechara es Especialista en Rehabilitación Oral, investigador y conferencista con práctica privada en Barranquilla (Colombia). Fundador del Grupo Dignificar la Odontología. Contacto: ejadad@gmail.com

 

 

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5 thoughts on “El virus que nos hizo reflexionar

  1. HERNAN GIRALDO C. says:

    Esta es una experiencia de vida inédita y sin antecedentes tangibles por nuestra generación; solo lo que nos recuerda la historia; como las guerras que jamás vivimos; hoy vivimos una, ante un enemigo que por demás, es invisible. Si salimos ganadores, nos dejará nuevas costumbres personales, familiares y profesionales. Amén.

  2. Jorge Eduardo Cardona B says:

    Excelente Doctor, está triste realidad ha puesto nuevamente en evidencia que sin salud nada importa , no es lo pequeño del virus es lo grande de la insensatez humana que prefiere invertir en espectáculos que en investigación.

  3. Cristina Schz says:

    Nuestro objetivo es la salud, por esta vez, podemos contribuir con hacer una pausa, hagamos conciencia, esto también pasará!

  4. Odontologiaestetica.ve@gmail.com says:

    Gracias por su escrito, desde Venezuela estamos unidos para protegernos y proteger a nuestros pacientes, amigos, vecinos y familiares. Esperemos pronto poder abrazar y besar con seguridad.

  5. Julian jaramillo says:

    Volvimos a lo básico a lo Fundamental,
    Pero odontologicamente hablando en cuestión se bio seguridad, nos ha replanteado si trabajamos con la suficiente protección!

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