La pandemia de bruxismo

Enrique Jadad Bechara

mar. 8 marzo 2022

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que el confinamiento y el distanciamiento social provocado por la pandemia de Covid-19 ha causado una serie de problemas relacionados con la salud física y mental en la población a nivel mundial. Algunas de estas alteraciones de la salud son el incremento exponencial del estrés, la ansiedad y la depresión, al igual que los trastornos del sueño. Desgraciadamente, estar expuestos a periodos prolongados de estrés tiene también repercusiones directas en la boca.

Una señal que refleja claramente lo que ha provocado la pandemia desde que comenzó en marzo de 2020 se encuentra en los dientes: el bruxismo.

La incertidumbre y el miedo a contagiarse, los problemas físicos derivados del teletrabajo, la pérdida del empleo, el cierre de empresas, el fallecimiento de familiares y amigos o el temor a la muerte son algunos de los detonantes del estrés emocional y físico que casi todos padecemos.

Una de los síntomas de este estrés se manifiesta en el bruxismo, que es la acción de apretar la mandíbula involuntariamente, una afección que tiene facetas diurnas y nocturnas. Se trata de una parafunción músculo-mandibular repetitiva, considerada como un hábito dañino y hasta destructivo para el sistema estomatognático, del cual su etiología es incierta. Sin embargo, numerosos autores lo asocian a episodios de estrés.

Esta patología, llamada también la enfermedad silenciosa, se caracteriza por el apretamiento y/o rechinamiento compulsivo de los dientes. Puede ocurrir durante el día de forma semi-inconsciente, y entonces se le conoce como bruxismo de vigilia, o presentarse durante la noche de forma inconsciente e involuntaria, cuando se lo denominado bruxismo del sueño. El bruxismo es la parafunción que ocasiona el mayor deterioro del sistema estomatognático y se asocia con procesos como el desgaste de órganos dentarios, lesión del tejido periodontal, limitación de la apertura bucal, alteración de la articulación temporomandibular, hipertrofia de los músculos masticatorios, cefalea, dolor de cuello y de oídos, entre otros.

Esta patología también guarda una relación directa con el cambio del lugar de trabajo de muchas personas; la pandemia obligó a realizar cambios drásticos e implementar el teletrabajo, que puede generar la adopción de malos hábitos y posturas que terminan por afectar la articulación temporomandibular, ocasionar bruxismo y otros desórdenes asociados al sistema masticatorio.

Los pacientes con altos niveles de estrés tienen casi seis veces más probabilidades de presentar este padecimiento. La primera voz de alarma la expuse en una entrevista radial con The New York Times en septiembre de 2020, donde hablé sobre la situación de los dentistas y comenté la gran cantidad de consultas de personas con problemas a nivel muscular, bruxismo, dolor orofacial y hasta fractura de piezas dentales. De hecho, desde el comienzo de esta pesadilla llamada Covid-19, he notado más fracturas de dientes que en los últimos cinco años.

Está claro que cuestiones como el miedo y la incertidumbre ante el futuro han creado una situación como la actual cuya tensión no ha podido ser liberada y que se refleja en el apretamiento y el rechinar de los dientes.

El teletrabajo, por ejemplo, ha generado que descuidemos la postura, lo que crea una tensión corporal casi permanente. Las malas posturas afectan a los nervios cervicales, así como los músculos de los hombros, sistemas que se encuentran íntimamente relacionadas con la ATM, una estructura anatómica que conecta la mandíbula con el cráneo.

Las señales que pueden alertar sobre este problema son dolores de cabeza, limitaciones musculares al abrir la boca, sensibilidad dental o dolor facial.

Esa tensión debemos eliminarla de alguna forma, lo cual hacemos con frecuencia por la noche, cuando nuestro sistema se relaja. El problema es cuando lo hacemos con los dientes apretados, con rechinamiento y con la mandíbula contracturada. Este proceso lesivo continúa y si no conseguimos cambiar nuestros hábitos podemos llegar a fracturar los dientes.

Los principales síntomas con los que se presentaban los pacientes después de que se levantara el estado de alarma eran dolores en los músculos, principalmente maseteros y temporales, y en muchos se evidenciaba dolor cervical, esternocleidomastoideo, en la musculatura del cuello y en la espalda alta. Otros síntomas, especialmente aquellos cercanos a la zona del oído, así como sonidos y chasquidos, no estaban presentes anteriormente en estos pacientes.

La fatiga visual provocada por las pantallas de celulares, tabletas o videojuegos está ampliamente relacionada con el bruxismo.

Las señales que pueden alertar sobre este problema son dolores de cabeza, limitaciones musculares al abrir la boca, sensibilidad dental o dolor facial. Como odontólogos, es muy importante revisar síntomas en las citas de mantenimiento e implementar terapias de forma temprana.

Igualmente, se debe divulgar que el tratamiento más efectivo para los pacientes que sufren de bruxismo es confeccionar una férula o placa oclusal para evitar que desgasten los dientes o que incluso puedan fracturar alguna pieza dental.

Si nuestros pacientes continúan teletrabajando, hay que aconsejarle que creen un buen ambiente de trabajo a nivel corporal, donde los hombros estén alineados con las caderas y las orejas con los hombros, mantenerse en movimiento, aprovechar cualquier espacio para el descanso corporal y visual, tratar de estirar las piernas y liberar la tensión.

Otro tema importante es el largo tiempo que pasamos frente al computador, los celulares, tabletas o consolas de videojuegos, que generan fatiga visual, lo cual está ampliamente relacionado con el bruxismo.

Todas estas señales deben alertar al profesional de la odontología para tratar a los pacientes que tengan síntomas o sean sospechosos de padecerlo con el objetivo de evitar que el bruxismo se convierta en otra pandemia.

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El Dr. Enrique Jadad Bechara es Especialista en Rehabilitación Oral, investigador y conferencista con práctica privada en Barranquilla (Colombia). Fundador del Grupo Dignificar la Odontología (FaceBook).