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La clave para la rentabilidad de la consulta

La secuencia fotográfica muestra que los cabezales profilácticos desechables de este sistema de pulido permiten la limpieza del área del surco, de los espacios interdentales y de zonas de difícil acceso sin molestar al paciente. Foto: W&H)

mar. 27 junio 2023

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La satisfacción de sentir la boca limpia es algo único, hasta el punto de que pocas cosas en la vida se comparan con esta sensación de pureza y bienestar. Y, como el sensual placer que produce una buena comida en un restaurante exclusivo, este placer tan raro y deseado solo se puede disfrutar en un lugar especial: la consulta dental.

 

Esa es precisamente la razón de que la profilaxis se haya convertido en un componente clave de la odontología moderna. La odontología estética es el motor del interés público por visitar al dentista, pero la limpieza dental profesional periódica es la guinda que borda el pastel y una intervención recurrente y ampliamente satisfactoria para el paciente y para el profesionale de la odontología.

Las medidas preventivas de una profilaxis profesional periódica reducen las caries y evitan la pérdida de dientes e implantes. El efecto de este simple tratamiento produce una inmediata sensación de frescura y bienestar en la boca, lo cual consigue la fidelización del paciente y que recomiende los servicios de la clínica a familiares y conocidos.

Pero la efectividad de la profilaxis —y de sus beneficios para el paciente y para el consultorio—, depende de que este tratamiento se haga de forma profesional y regular, un mínimo de dos veces al año. No está de más señalar que la profilaxis requiere de una capacitación y/o actualización, ya que mucho ha cambiado en este campo, que ha evolucionado de forma notable.

La profilaxis cambia la angustia de ir al dentista, por una sensación física de bienestar al sentir la boca fresca, limpia y atractiva después del tratamiento.

El procedimiento, que debería ser parte de toda revisión anual, es normalmente totalmente indoloro para el paciente y no produce ningún estrés, lo cual refuerza la sensación de que los tratamientos de la clínica dental no solo no causan dolor sino que hacen que el paciente se sienta y se vea mejor.

Un sistema profesional como el de la imagen alcanza los espacios interdentales, mientras que las boquillas limpian al mismo tiempo los dientes adyacentes y evitan las salpicaduras de pasta. (Foto: W&H)

Este efecto positivo tiene un valor incalculable para el éxito no solo de una clínica sino de la profesión en general, ya que cambia la angustia o miedo que solía provocar el solo pensar en tener que ir al dentista, por una sensación física que de bienestar al sentir una boca fresca, limpia y atractiva.

Una bonita sonrisa y una boca fresca confieren una seguridad especial que da una visión positiva de uno mismo, ayuda a sentirse alegre y confiado en el atractivo personal y en las posibilidades de éxito de cada persona.

Si la estética ha sido el principal motor de la odontología contemporánea, lo cierto que es nignún material sintético iguala la compleja bioingeniería de un diente natural.

Los implantes cumplen una función imprescindible como reemplazo de órganos dentales perdidos, pero carecen de la propiopcepción del diente, la protección histológica, mecánica e inmunológica de las estructuras periodontales normales. Por ello, necesitan mucho más mantenimiento que un diente natural para evitar enfermedades como la periimplantitis, razón por la que una profilaxis es mucho más necesaria todavía en el caso de los implantes dentales.

Las carillas son otro de los tratamientos estéticos más populares. Cuando se realizan con resina compuesta de forma directa, por su propia naturaleza química y tendencia a la sorción acuosa y solubilidad, demandan mayores cuidados, seguimiento y mantenimiento. El pulido y la profilaxis son dos componentes necesarios en este tipo de tratamientos, que son costosos y laboriosos.

Los productos de profilaxis de alta calidad abarcan cepillos interdentales, pastas dentríficas, cepillos de dientes sónicos o piezo scalers y contra-ángulos especiales para profilaxis, que han sido diseñados para eliminar de forma efectiva los cálculos, el biofilm y para prevenir la formación de bolsas periodontales y ofrecer un pulido rotativo que deja los dientes limpios y brillantes.

La evidencia clínica de numerosos estudios demuestra los beneficios de una profilaxis regular en la salud bucodental, incluyendo en la detección de problemas graves como el cáncer bucal. Pero es el efecto estético de este tratamiento el que abre un mundo de nuevas posibilidades al dentista y al higienista.

La profilaxis requiere que el tratamiento sea realizado por profesionales dentales especialmente calificados para ello, lo cual debe ser complementado con el uso de la tecnología más avanzada.

El agradecimiento del paciente

El odontólogo debe decidir en primer lugar si realiza él mismo el tratamiento profiláctico o si lo delega a la higienista o asistente dental cualificado.

Esta decisión es sumamente importante, ya que un tratamiento agradable para el paciente resulta la mayoría de las veces en su fidelización, siendo ésta uno de los aspectos sanitarios y comerciales más importantes para pacientes y profesionales de la odontología.

Además, la sensación de frescura y satisfacción durante y después del procedimiento hace que sean momentos especialmente útiles para que el clínico le explique al paciente otros posibles tratamientos que pueda necesitar.

El pulido y la limpieza de zonas de difícil acceso es esencial para conferir al paciente una sensación de frescura en la boca. (Foto: W&H)

Otro aspecto importante consiste en vincular la revisión dental anual con la profilaxis, es decir, que la revisión se convierta en un procedimiento de revisión-profilaxis. Un segundo tratamiento profiláctico anual del paciente cumple una meta importante para la salud del paciente y de la clínica. Esto depende de "activar" a los pacientes de la clínica para que acudan a una revisión.

El paciente no debe salir nunca de la consulta sin una cita para su próximo tratamiento o un recordatorio de la fecha en que debe hacerse un tratamiento profiláctico.

Precio irrelevante

Una clínica dental que cobre 50 dólares por una profilaxis de 1 hora y atienda a 6 pacientes por día durante 22 días del mes, obtendría ingresos anuales por valor de 79.200 dólares. Si la clínica atiende a 6 pacientes por día durante solo 1 día por semana de cada mes, obtendría beneficios anuales por valor de 18.000 dólares.

Si bien el precio de 50 dólares por una profilaxis puede parecer caro en América Latina, tiene una justificación: el tratamiento que se ofrece es largo (una hora de duración), minucioso y personalizado, se realiza con los dispositivos más avanzados del mercado, y lo hace un profesional altamente calificado.

Pero el aspecto más atractivo para el paciente, el concepto que hace prácticamente irrelevante el precio, es la sensación de bienestar físico y estético que produce una buena profilaxis dental.

De hecho, es esa sensación la que convence al paciente de que es realmente necesario el tratamiento. Alcanzar este objetivo con un alto porcentaje de los pacientes garantiza la rentabilidad de la clínica de por sí, sin sumar siquiera los ingresos de otros tratamientos odontológicos. Este dato pone de relieve la importancia de la profilaxis dental para el éxito de la consulta.

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Javier Martínez de Pisón es Editor y Director de Dental Tribune Latinoamérica y Dental Tribune España.

 

 

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