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La gran influencia de la Odontología

El autor afirma que todos los profesionales debemos explicar que los odontólogos servimos a la sociedad tratando la conexión entre salud oral y enfermedades sistémicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el tabaquismo o la obesidad. (Foto: javier-matheu / unsplash)
Enrique Jadad Bechara

Enrique Jadad Bechara

sáb. 14 agosto 2021

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El Dr. Enrique Jadad explica en esta columna un punto extremadamente importante para la profesión: que los odontólogos somos “influencers” y que como tales tenemos el poder de influenciar a la sociedad para que sepa “que somos profesionales esenciales para la salud integral de los seres humanos”.

Desde hace varios años me he venido preguntando si la odontología es una profesión o un negocio. La respuesta es ambigua y depende de por dónde se mire y la forma en que se ejerza.

Si lo analizamos desde un punto de vista práctico, la odontología es una profesión del área de la salud y también nuestra empresa, independiente del tamaño de nuestra consulta. La faceta en la que se enmarque nuestra profesión es directamente proporcional al servicio que prestemos: es una profesión del sector salud que nos debe generar ingresos para nuestro sustento, lo que algunas veces puede llevarnos a situaciones incómodas con nuestros pacientes.

Tener una práctica privada como profesionales independientes hace difícil mantener un equilibrio entre el rol de trabajadores del sector salud y el de empresarios. En ocasiones, se presentan casos en los que nuestras necesidades económicas pueden comprometer decisiones sobre el tipo de tratamiento que necesita el paciente. En todos nuestros países se han ido incrementando los casos en los que la forma en que se presta el servicio de la odontología está poniendo en peligro la integridad de nuestra profesión y la salud de los pacientes a los ojos del público.

La comercialización de nuestra profesión se ve claramente en la práctica de la odontología estética, que se tornó tristemente en un negocio. En la publicidad agresiva en redes sociales, periódicos, revistas, televisión, vallas en las calles y en las propias ventanas de los consultorios dentales.

Muchos lugares, a los que no puedo llamar consultorios ni clínicas, se han convertido en un spa, donde los pacientes pueden realizarse “tratamientos de estética dental”, recibir masajes, aromaterapia, manicura, pedicura y hasta maquillaje permanente por medio de tatuajes. Otros “colegas” más atrevidos ofrecen hilos tensores faciales, aplicaciones de ácido hialurónico y hasta inyecciones de toxina botulínica tipo A para correcciones estéticas faciales de sus pacientes, a los que convencen de reestablecerles su apariencia juvenil.

Y es denigrante encontrarnos con clínicas o consultorios odontológicos que se publicitan y desprestigian a la profesión ofreciendo grandes descuentos, financiación a goteo, utilizando materiales de baja calidad y generando una guerra de precios que al final nos termina afectando a todos. 

El trasfondo de todo esto es que los pacientes y la sociedad en general nos ven como cosmetólogos, lo cual ha hecho que la actitud del público hacia los dentistas sea más negativa que positiva.

"Hagámonos cargo del dolor y las infecciones, detectemos el cáncer oral y seamos una profesión vital para el cuidado integral de la salud".

La profesión se estancó a ojos del público y el servicio odontológico se volvió algo netamente estético, que ha perdido el equilibrio entre la ciencia y la estética real. Debemos mostrar otra cara de la profesión y hacer entender al público que la salud oral es un componente esencial de la salud sistémica de todo ser humano. Aunque hemos hecho un progreso significativo a este respecto, el mensaje más ruidoso que recibe la sociedad es que la odontología es un servicio cosmético que puede ayudar a parecer más joven y más atractivo.

Nuestra existencia como profesión es dependiente de la opinión del público sobre nosotros. El vuelco empresarial de la odontología, manifestado en clínicas dentales donde se comercializa de manera irresponsable con sobretratamientos, nos muestra que se ha perdido el respeto que la sociedad nos tenía, que hoy nos mira como a simples comerciantes.

Como odontólogos que somos, influenciemos a las organizaciones a las que pertenecemos para sostener que somos los profesionales que nos ocupamos del cuidado de la salud oral y que somos esenciales para la salud general de los seres humanos; luchemos para que se promuevan campañas para la detección precoz del cáncer oral; expliquemos que los odontólogos servimos a la sociedad tratando la conexión entre salud oral y enfermedades sistémicas como la diabetes, el alzheimer, los niños con bajo peso de nacimiento, las enfermedades cardiovasculares, el abuso del tabaco y la obesidad, entre muchas otras.

Los profesionales de la odontología pueden obtener mayores ingresos sin tener que faltar a la ética profesional, sin caer en prácticas deshonestas y sin enfocarnos jamás en el beneficio particular.

Hagámonos cargo del dolor y las infecciones, detectemos el cáncer oral y seamos una profesión vital para el cuidado integral de la salud.

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El doctor Enrique Jadad Bechara, Especialista en Rehabilitación Oral, investigador y conferencista con práctica privada en Barranquilla (Colombia), es Fundador y Director Científico de Helident Training Center en Sevilla, España. Contacto: ejadad@gmail.com

 

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