La nueva terapia, basada en células madre implantadas en un sustituto óseo sintético, estimula el crecimiento del hueso. En la imagen, el Prof. Mariano Sanz en el simposio SEPA 2023. Foto: SEPA
Un ensayo clínico, llevado a cabo en humanos y publicado en la revista Clinical Oral Implants Research, abre nuevas esperanzas en la colocación de implantes dentales.
La principal característica de esta nueva terapia, basada en células madre implantadas en un sustituto óseo sintético, es que el procedimiento estimula el crecimiento del hueso para que sea capaz de reconstruir su dimensión tridimensional.
Portada de la revista Magazine Clinical Oral Implants Research, en cuya próxima edición se publica el artículo de Sanz et al. Foto: DT
Distintos grupos de investigación en todo el mundo están buscando alternativas biológicas para estimular y mejorar la capacidad regenerativa de los biomateriales que se emplean actualmente para hacer frente a los defectos óseos en los maxilares, que impiden o dificultan la colocación de implantes y, por tanto, la rehabilitación de los dientes perdidos.
Un estudio documenta en pacientes el beneficio de una terapia pionera basada en células madre implantadas en un sustituto óseo sintético.
La publicación1 de los resultados en un ensayo financiado por la Unión Europea, a través del programa EU Horizon 2020, donde han participado dos centros españoles (Universidad Complutense de Madrid -UCM- y Universitat Internacional de Catalunya -UiC-), conjuntamente con centros de Francia, Alemania, Dinamarca y Noruega. En concreto, por primera vez, se ha documentado en pacientes el beneficio derivado de una terapia pionera basada en células madre implantadas en un sustituto óseo sintético.
Un ensayo con acento español
Se trata de un ensayo clínico aleatorizado y controlado de fase 2, en el que se ha evaluado la seguridad y eficacia de una terapia celular con células mesenquimales autólogas expandidas derivadas de la cresta ilíaca, sembradas en un sustituto óseo sintético bioabsorbible recubierto con una membrana no reabsorbible.
El Profesor y Doctor Mariano Sanz es el autor principal de este artículo, siendo uno de los referentes mundiales en periodontología e implantología oral.
“Nuestro grupo lleva años investigando, tanto en el laboratorio como en animales, el potencial de esta terapéutica; por lo tanto, es consecuencia lógica que cuando ha surgido la oportunidad de utilizar esta alternativa en pacientes, hayamos sido pioneros”, explica el experto, que forma parte del Grupo de Investigación en Etiología y Terapia de las Enfermedades Periodontales y Periimplantarias (ETEP) de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid.
Este grupo de investigación lleva años investigando la eficacia de las distintas intervenciones quirúrgicas y los biomateriales adecuados para la regeneración ósea de defectos óseos en los maxilares que impiden o dificultan la colocación de implantes y, por ende, la rehabilitación de los dientes perdidos por nuestros pacientes. Y es que se trata de un problema de creciente interés para investigadores y clínicos.
La terapia logra una reconstrucción significativamente mayor, duplicando prácticamente las ganancias óseas.
“Estos resultados abren una puerta importante para seguir investigando en tecnologías que optimicen la manipulación celular, faciliten su uso y reduzcan los costes actuales”., manifestó el Dr. Sanz. Foto: Mariano Sanz
Cuando estos defectos óseos son pequeños o moderados, las tecnologías actuales tienen muy buena predictibilidad y los resultados son muy positivos. Sin embargo, cuando existen grandes defectos óseos, se requiere la reconstrucción tridimensional del hueso del maxilar o de la mandíbula, las técnicas actuales no aportan unos resultados muy predecibles y dependen mucho de la destreza del cirujano.
La importancia de este nuevo abordaje radica en encontrar soluciones para rehabilitar los dientes perdidos de estos pacientes que, en algunos casos por la existencia de un importante defecto en el hueso, plantea muchas limitaciones en la colocación de implantes dentales.
“Con estas terapias avanzadas, como la terapia con células madre, buscamos estimular el hueso para que sea capaz de reconstruir su dimensión tridimensional y, de ese modo, permitir la colocación de implantes dentales en su posición ideal, para que una vez que integren en el hueso se puedan colocar las prótesis adecuadas que rehabiliten la función y la estética de la dentición perdida”, detalla el Prof. Sanz.
Un estudio innovador
En el artículo, que informa sobre los “favorables resultados obtenidos”, se incluyeron y aleatorizaron un total de 48 pacientes (36 pacientes en el grupo de prueba y 12 en el grupo de control). Al ser un ensayo clínico, el efecto de la terapia avanzada propuesta (células madre implantadas en un sustituto óseo sintético) se ha comparado con la terapia ósea regenerativa más utilizada para reconstruir este tipo de defectos como grupo control, que es la utilización de un bloque de hueso tomado de la rama posterior de la mandíbula del propio paciente. Los resultados, recogidos en Clinical Oral Implants Research,demuestran una reconstrucción tridimensional del hueso significativamente mayor en el grupo de terapia celular, con ganancias en milímetros cúbicos de hueso de casi el doble en comparación con el grupo control.
Esta técnica permitiría colocar implantes dentales en personas con dientes ausentes y defectos óseos que dificultan su colocación
Pero esta técnica experimental se enfrenta a considerables bareras, como reconoce el propio Prof. Sanz: “Nuestros resultados son difíciles de trasladar directamente a la clínica, ya que las terapias celulares, tanto en nuestro campo como en el resto de los campos médicos, están muy restringidas, fundamentalmente por barreras regulatorias”.
Las agencias nacionales de medicamentos tienen que asegurarse que el manejo de las células se realiza en condiciones óptimas de seguridad para los pacientes, y esto todavía se realiza en pocos centros y los costos son muy altos. Sin embargo, el catedrático de la UCM afirma que “estos resultados abren una puerta importante para seguir investigando en tecnologías que optimicen la manipulación celular, faciliten su uso y reduzcan los costes actuales”.
Sustituto sintético
El ensayo es parte de un proyecto financiado por la Unión Europea, a través del programa EU Horizon 2020. Estos proyectos financian a consorcios de universidades, instituciones e industria que plantean un proyecto concreto. En este caso, se trataba de la reconstrucción de maxilares atróficos mediante una terapia celular utilizando células madre autólogas (del propio paciente), tomadas mediante una punción en la cresta ilíaca (hueso de la cadera).
Un aspecto relevante de este abordaje probado es que se apoya en un sustituto sintético, con los beneficios que ello supone.
“La gran ventaja de un sustituto sintético es que no requiere una fuente de hueso natural ni animal, ni humana, lo que facilita su disponibilidad y lo hace más sostenible; además, los nuevos sustitutos sintéticos permiten su manufacturación industrial con las características físico-químicas ideales para la regeneración ósea”, declaró el responsable principal de esta investigación.
En este caso, el sustituto sintético es un andamiaje que permite mantener el espacio para que el propio hueso estimulado por el efecto biológico de las células implantadas se introduzca en la estructura porosa del sustituto, que eventualmente se reabsorbe, y es reemplazado por hueso nativo, vivo y funcional.
Imagen de la publicación en la página web de PubMed, la mayor base de datos de artículos publicados en revistas científicas. Foto: página web
Es sólo el principio
Partiendo de estos hallazgos, se plantean ahora muchas opciones para seguir avanzado. “Se deben mejorar las tecnologías de aislamiento, identificación y crecimiento de células madre mesenquimales, para que su uso sea más asequible”, señaló el experto. Además, se están probando alternativas de terapias celulares utilizando células alogénicas (procedentes de un banco, en lugar del propio paciente).
La gran ventaja de un sustituto sintético es que no requiere una fuente de hueso natural, lo que facilita su disponibilidad y lo hace más sostenible.
Y, no sólo eso. “También estamos investigando estrategias de uso de células sin implantar las células, es decir, implantando el producto de su secreción (secretoma), que mantiene la mayoría de sus propiedades biológicas; de este modo, evitamos la mayoría de las barreras regulatorias de las terapias celulares”, apunta el Prof. Sanz.
De hecho, los autores han solicitado un nuevo gran proyecto de investigación europeo tratando de validar esta nueva estrategia que “nos puede aportar los mismos excelentes resultados con una menor morbilidad para el paciente (no será necesario extraerle células madre), menor coste y menores barreras regulatorias”.
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