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De la "partícula de Dios" a la luz VALO

Varios modelos de la luz VALO de Ultradent.
Alvaro Heller

Alvaro Heller

lun. 12 mayo 2014

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En los últimos años se ha producido un cambio significativo a nivel de la ciencia: las nanotecnologías han dado paso a los nanomateriales, los descubrimientos de la física cuántica (como el bosón de Higgs, llamado por el Premio Nobel León Lederman, la "partícula de Dios"), la utilización de los "saltos cuánticos" en las nuevas tecnologías, la robótica, la curación de enfermedades de gran prevalencia o los descubrimientos a nivel de la genética y la investigación biomolecular han cambiado radicalmente nuestras vidas.

A nivel de las ciencias médicas, contamos con una gran cantidad de ejemplos, en los cuales la ciencia ha logrado trasponer la barrera del laboratorio para pasar a la aplicación práctica, con el correspondiente impacto en la sociedad. En la odontología aparecen continuamente nuevos materiales y herramientas: comienzan por el científico, pasan al investigador, luego al desarrollo, de allí al fabricante, al odontólogo y finalmente al paciente y su entorno.

Una de estas nuevas tecnologías son las unidades de fotopolimerización "LED de alto poder", unidades que, según sus fabricantes, logran en menos segundos una conversión total o por lo menos mayor de las resinas compuestas y otros materiales fotopolimerizables.

Algunas representan un cambio sustancial y otras no difieren mucho de sus antecesoras en cuanto a eficacia. Para poder discernir sobre esto, hay que tener en cuenta la ciencia, que ayuda a determinar qué unidades son realmente eficaces.

Existen cuatros factores significativos: Eficacia (medida por su potencia-tiempo o Trabajo), Energía, Colimación y un factor denominado el "sombrero de copa".

La eficacia de una unidad de fotopolimerización depende de lo que en física se llama Trabajo. Su fórmula es la siguiente (en unidades): J = W x s. Un Joule (J) equivale a un Watt (W) por segundo (s). En odontología estamos acostumbrados a manejar miliwatts (mW) . Los fabricantes sólo hablan de los supuestos mW que tienen sus unidades. Pero los segundos muchas veces quedan a criterio del odontólogo. Pero ¿en base a qué?

La respuesta es simple: debemos trabajar a 10 J. En realidad, debemos acercarnos lo más posible a 10, sin salirnos de la franja de 9.5 a 11.5 J.
Por lo tanto, en la clínica debemos saber a qué potencia REAL trabajamos (a cuántos miliwatts), y por cuántos segundos debemos hacerlo.

La energía es, de acuerdo a la fórmula de Plank: Ɛ = k . ν = kλ, donde: Ɛ (energía), k (la constante de Plank), ν (la letra griega "nu"), que representa la frecuencia de la luz azul de la unidad, y λ (la letra griega "lambda"), que es la función inversa de la frecuencia, representa la longitud de onda .

Siendo k una constante, es importante conocer la frecuencia de la luz, o sea, los nanómetros que debe tener para ser eficiente. Nuestra unidad debe emitir varias longitudes de onda que cubra de los 395 nm a los 480 nm (nanómetros).

Así que en nuestra clínica debemos preguntarnos ¿qué tipo de luz azul emite nuestra unidad? Para nosotros es muy difícil saber si la luz azul es la correcta o la más útil para una polimerización.

La luz colimada es algo con lo que debe contar nuestra unidad. Los rayos de luz emitidos por una fuente tienen trayectorias diferentes y divergentes. La colimación es un sistema que vuelve paralelos a los rayos, homogeneizando sus trayectorias (reduciendo así su divergencia), que emite un haz de luz cuyos rayos tienen todos las mismas propiedades.

En la clínica es fácil observar que la mayoría de las unidades de fotocurado emiten un haz de luz divergente. Para lograr un resultado óptimo ese haz tiene que ser paralelo.

Uniformidad y distribución de la luz
El factor "sombrero de copa" (llamado así por su parecido en la gráfica 3D) indica la uniformidad del poder de distribución a través del haz de luz. De las unidades LED de "alto poder", sólo una LED tiene un "top hat factor" que indica una perfecta distribución y uniformidad ("Se sabe que la irradiación saliente de varias unidades LED de curado no es uniforme", Price R, Rueggeberg F, Labrie D, Felix C, 2010).

Esto tiene también implicaciones en cuanto a la profundidad del curado, razón por la que se debe considerar también la potencia o irradiación, su distribución y uniformidad. Clínicamente, confiamos en que nuestra unidad fotocure toda la resina o material fotopolimerizable, pero sabemos que la mayoría de las unidades no lo logran. A su vez, la cantidad y espesor de resina que podemos colocar depende en gran medida de la unidad con la que trabajemos.

¿Cómo aprovechar los avances de la ciencia?
El Bosón de Higgs o Partícula de Dios fue propuesto por Higgs mucho antes de que se probara su existencia y, con ello, la existencia de la Materia a partir de la Energía.

La física se ha enriquecido con la mecánica clásica de Newton, la teoría de la relatividad de Einstein o la mecánica cuántica, que han dado paso a las nuevas e impactantes tecnologías que actualmente utilizamos en nuestra clínica.

Una de ellas es la unidad de fotocurado VALO. Única en su clase, esta unidad cumple con niveles de excelencia en todos los factores antes enumerados: potencia-tiempo, energía, colimación, "top hat factor". Podríamos nombrar muchas otras características únicas de este avance espectacular de la odontología: su velocidad de curado, sus programas con tres potencias y tiempos diferentes (¡uno de ellos polimeriza en sólo 3 segundos!), es ultraliviana, fuerte, cuenta con lentes para diagnóstico por transiluminación y para alcanzar zonas de difícil acceso y un lente para "descubrir" restauraciones imperceptibles a la vista.

Si en la física actual contamos con el bosón de Higgs, en la odontología ahora tenemos la nueva luz VALO.

Recursos
Ultradent

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