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El Síndrome de Ardor Bucal (2): un padecimiento de consulta frecuente

El ácido tióctico y clonazepán sistémico y/o tópico son útiles para aliviar los síntomas de ardor y la catuama produce una reducción de la intensidad del dolor. (Foto: Usien [CC BY-SA 3.0)

vie. 27 septiembre 2019

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El Dr. Eduardo Ceccotti, especialista en Patología Bucal y miembro de la Academia Nacional de Odontología de Argentina, continúa con su serie de artículos destinados a acercar al odontólogo general a una serie de patologías que se presentan con cierta asiduidad en los servicios especializados, con dos fines principales: la actualización profesional y la salud de nuestros pacientes. Esta segunda parte del artículo sobre el Síndrome de Ardor Bucal (SAB) aborda las causas de esta patología y sus formas de tratamiento.

  PATOLOGIA BUCAL CLINICA PARA EL ODONTÓLOGO GENERALISTA  

"Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender". Marie Curie

¿En qué se basan estas dos teorías?
Los que defienden el origen neuropático, es decir somático, se basan en estudios que demuestran una mejoría importante en pacientes que reciben tratamiento con ácido tióctico o lipoico. Gracias a su solubilidad combinada al agua y grasa, el ácido lipoico puede entrar a todas las partes de una célula nerviosa y potencialmente protegerla contra tal daño.

Este es el fundamento para estudios acerca de los potenciales beneficios del ácido lipoico para la neuropatía diabética y el Síndrome de Ardor Bucal.

Del mismo modo opinan aquellos que sostienen que el clonazepán, en forma tópica sobre la mucosa bucal, estimula el GABA (inhibidor de los receptores) bloqueando la excitación cortical en la neurotransmisón y aliviando el síntoma. La acción de la capsaicina tópica también argumentaría a favor de la causa somática.

"Es fundamental tranquilizar al paciente (y al pariente) y alejarle de la idea oncofóbica que habitualmente lo acompaña". 

Los que apoyan el origen emocional se basan en que la mayoría de las pacientes con SAB presentan antecedentes de ansiedad y/o depresión, oncofobia, personalidad obsesiva, actitud hostil, reacciones emotivas con llanto e irritabilidad y menor deseo de socializar. Mejoran con bajas dosis (0,25) de clonazepán, a pesar de que hay trabajos que describen SAB como efecto secundario de la droga.

Nuestra experiencia en el aspecto emocional como desencadenante del SAB nos muestra que, en una gran mayoría de los casos, existen duelos no elaborados por los pacientes y una probada coincidencia entre el inicio de los síntomas y algún episodio estresante. Es de destacar que cuando se habla de duelos, no siempre es la pérdida de alguien, sino problemas emocionales de diferentes tipos.

Hay publicaciones sobre vulvodinea y síndrome de boca quemante que demuestran desarrollarse sobre un gran componente emocional.

¿Cuál es el tratamiento para este padecimiento?
De acuerdo a la evidencia y siguiendo los trabajos de la revisión Cochrane, podríamos decir que el uso de la capsaicina es rechazado por los pacientes por sus desagradables efectos y escasa respuesta. El ácido tióctico y el clonazepán sistémico y/o tópico son útiles para aliviar los síntomas de ardor. La gabapentina sinergia la acción del ácido tióctico o alfa lipoico.

Catuama es un producto originario de Brasil, resultado de una mezcla de cuatro plantas medicinales: guaraná, catuaba, jengibre, y muira puama.

Se ha visto una significativa reducción de la intensidad del dolor en un 50% de los pacientes estudiados, tomando dos cápsulas al día de Catuama por 6 semanas. Sin embargo, se reportaron efectos adversos, como somnolencia, aumento de peso e insomnio. Tiene propiedades analgésicas, antimicrobianas, antidepresivas, y efecto vasodilatador.

La terapia cognitivo-conductal (qué tengo que hacer para cambiar? y no: porqué me pasó esto?) resultó de utilidad.

La terapia de reemplazo hormonal, otros antidepresivos y analgésicos se mostraron ineficaces.

¿Qué recomendaciones podemos dar ante un paciente con SAB?
Es indudable que aún son necesarios futuros estudios a fin de brindar a los colegas una terapéutica definitivamente eficaz para tratar a los pacientes con este síndrome crónico y doloroso. En la ultima década se ha avanzado algunos pasos en el manejo de esta patología. Una vez reconocido el SAB verdadero, el o la paciente necesita contención. En cada nueva consulta pone todas sus esperanzas de curación. Debemos escucharlo, dejar que nos cuente todo lo que quiera que sepamos. Tranquilizarlo y alejarle de la idea oncofóbica que habitualmente lo acompaña. Eso solo, a veces, sirve y mucho. No hacerle perder el tiempo con estudios innecesarios. Hablar con su médico de cabecera para informarle sobre nuestro diagnóstico y los diferentes manejos.

Tranquilizar también al pariente y a la familia, ya que en general viven la angustia, a veces con culpa, por no poder ayudarlos.

Recomendaría un manejo en equipo: el odontólogo para mantener una boca saludable, el clínico para manejar los psicofármacos si fuera necesario, el psiquiatra o el psicólogo para la contención emocional, el estomatólogo para controlarlo regularmente y demostrarle que lo que padece no es desconocido, es molesto pero no grave, que puede mejorar y que tiene a quien recurrir cuando los síntomas arrecian.

NOTA: Vea la primera parte de este artículo del Dr. Ceccotti sobre este síndrome de consulta frecuente.

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* El doctor Eduardo Luis Ceccotti es especialista en Patología Oral que ejerce en Buenos Aires. Académico de Número de la Academia Nacional de Odontología de Argentina. Ex Profesor Titular de Grado y Posgrado en la Universidad del Salvador. Maestro de la Odontología Argentina (AOA), Maestro de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador. Autor de cuatro libros de la especialidad. Dictante Internacional de cursos de posgrado. Contacto: ceccotti.ceccotti@gmail.com.

 

 

One thought on “El Síndrome de Ardor Bucal (2): un padecimiento de consulta frecuente

  1. Susana Carreño León says:

    excelente articulo, gracias por la información y por compartir

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