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Hablamos con el odontólogo que trató a Kennedy tras el atentado

El Dr. Don T. Curtis durante una conferencia. (Foto: Stephanie Precio/Panhandle - Plains Historical Museum).
Daniel Zimmermann, Director de Dental Tribune International

Daniel Zimmermann, Director de Dental Tribune International

jue. 9 enero 2014

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Pocas personas tienen la oportunidad de participar en acontecimientos históricos. El Dr. Don T. Curtis, un ex dentista y cirujano oral de Amarillo (Texas) de 76 años de edad, es uno de ellos.

Este residente en cirugía oral y maxilofacial en el Hospital Parkland Memorial de Dallas fue uno de los primeros médicos que trataron en urgencias al presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963, después del atentado que le costó la vida. Dental Tribune Internacional habló con Curtis, quien cree que alguien más que Oswald estuvo involucrado en el asesinato.

¿Qué opina sobre “Matar a Kennedy”, la película que narra los acontecimientos en Parkland Memorial Hospital?
No la he visto, pero he oído críticas de que pintan una imagen sensacionalista de los hechos. Supongo que iré a verla si se la estrenan en Amarillo.

¿Qué posición tenía cuando comenzó a trabajar en el hospital en 1963?
Estaba a mitad de mi primer año de residencia en cirugía oral y maxilofacial. Antes de empezar la residencia, había terminado una pasantía. Me interesé en ese campo mientras trabajaba como técnico quirúrgico en un hospital general cuando estudiaba en la Escuela de Odontología Baylor de la Univeridad A&M de Texas en Waco.

¿Sabía que el presidente estaba en Dallas el 22 de noviembre 1963?
No, y me sorprendió cuando lo trajeron al hospital. Yo tenía una cirugía programada para más tarde ese día y me iba a almorzar. Para llegar hasta el salón de almuerzo tenía que salir del edificio y caminar por la recepción de urgencias, donde vi los coches de policía y la limusina presidencial, que tenían sangre y las rosas que le habían dado a la primera dama, Jacqueline Kennedy, a su llegada al aeropuerto. Cuando un policía me preguntó si era un médico, le dije que sí. Me informó que habían herido al presidente y me llevó a la sala de trauma donde estaba Kennedy.

¿En qué estado estaba Kennedy cuando llegó?
Era obvio que el presidente estaba in extremis. Trataba de respirar, pero no podía. El Dr. Charles James Carrico, un cirujano residente en Parkland, le había colocado un tubo endotraqueal para intentar que respirara. Pero no funcionó porque el presidente tenía bloqueadas las vías respiratorias, así que decidió hacerle una traqueotomía.

Ayudé a la enfermera a deshacer el nudo de la corbata del presidente y a quitarle la camisa para prepararlo para el procedimiento. Luego, el Dr. Malcolm Perry, un cirujano jefe, entró en la habitación y decidió hacerle la traqueotomía. El Dr. Carrico, asistido por el Dr. Perry y por mí, realizó un corte hacia abajo en la pierna izquierda para hacer una tranfusión de sangre intravenosa. Cuando levanté la vista después, en la sala estaban los jefes de todos los servicios quirúrgicos de Parkland. Y algunas personas que no conocía.

¿Cuando supo que el presidente había sufrido un atentado?
No estaba consciente de la naturaleza de la lesión del presidente porque tenía la cabeza sobre una almohada y no podía ver la herida. Recuerdo que el jefe de neurocirugía, el Dr. William Kemp Clark, giró la cabeza de Kennedy a la izquierda, dejando al descubierto que la parte posterior del cráneo había sido fracturado radicalmente. Entonces me dijo: "Dejalo, esta herida es incompatible con la vida".

¿Cuál era la atmósfera en la sala?
Se quedó en silencio. Nadie dijo nada.

¿Hubo posibilidad de salvar la vida del presidente?
Nada de lo que lo hicimos sirvió. La herida de Kennedy era claramente incompatible con la vida.

Según testigos presenciales, en la sala se discutió sobre quién estaba autorizado a hacer la autopsia.
No lo sé porque me fui de la sala de trauma poco después de que el presidente fuera declarado muerto y fui a la clínica para operar a mi paciente. Sin embargo, cancelaron todas las cirugías programadas para ese día fueron y todos los pacientes fueron enviados a sus habitaciones. Sólo se realizaron las pocas cirugías que estaban en curso en ese momento, entre ellas la de gobernador John Bowden Connally, que también había resultado herido en el tiroteo.

Le dije a mi paciente que se había pospuesto su cirugía y ella lo entendió. Como no tenía nada que hacer, ordené mi despacho y me fui a casa. Allí nos pasamos el fin de semana viendo la televisión y escuchando las noticias en la radio. Sentimos un gran alivio cuando el presidente Lyndon B. Johnson llegó sano y salvo a Washington y el gobierno no se interrumpió. Finalmente, el domingo, supimos que le habían disparado al sospechoso, Lee Harvey Oswald, lo que indicaba que pasaba algo, que había alguien (involucrado) más que un sólo francotirador.

La mayoría de los estadounidenses no cree que Oswald actuara solo. ¿Ve discrepancias entre la versión oficial y los eventos de los que fue testigo?
El informe de la Comisión Warren refleja lo que la gente quería oír: que Oswald actuó solo y que no hubo ninguna conspiración. Los médicos de Parkland sin embargo, cuando limpiaron la sangre del cuello de Kennedy para hacer la traqueotomía, encontraron un solo agujero de bala que aparentemente era una herida de entrada, lo que significa que un proyectil impactó en el presidente en la parte frontal. Por su naturaleza, la herida en la parte posterior de la cabeza de Kennedy era una herida de salida, por lo que deben haber sido por lo menos dos balas que le dieron de frente.

Si bien todos los testimonios de los médicos, incluido el mío, se incluyeron en el informe, la naturaleza de las heridas no tuvo mucha influencia en la conclusión general de la Comisión. ¿Por qué se interpretó de esa manera, ha sido un misterio durante los últimos 50 años.

¿Qué cree que sucedió realmente ese día?
Mi opinión personal es que hubo varios francotiradores y que Oswald no actuó solo. Esto indicaría que hubo en realidad una conspiración.

Usted se quedó en Parkland Memorial Hospital otros dos años. ¿Se siguieron discutiendo los acontecimientos de ese día?
En realidad, nunca hablamos de ello. Era algo que no queríamos discutir. Sin embargo, me fui de Parkland en 1965 para un intercambio en Londres y Zurich, donde a menudo discutimos los eventos con mis colegas en el extranjero. Sobre todo en Inglaterra, donde había mucho interés en la política de Estados Unidos y en el asesinato.

Hace poco reveló su experiencia, después de 50 años. ¿Cuáles fueron sus razones?
Todo lo que yo diga ya está en la información sobre el asesinato, pero creo que es necesario que se sepa lo que las personas que estuvieron realmente involucradas experimentaron.

En 2017 se desclasificarán más de seis millones de páginas de evidencia clasificada sobre el asesinato de Kennedy. ¿Le interesa o considera que es un capítulo cerrado de su vida?
Existe mucha especulación sobre qué tipo de información contienen esos documentos. No estoy ansioso por saberlo, pero me interesa lo que se podría desprender de ellos.

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