La estética dental en los jóvenes es un tema que cada día tiene más importancia y requiere una atención especial, ya que con el aclaramiento dental consiguen una mejor apariencia y seguridad en su entorno social.
CASO CLINICO
Respondiendo a estas necesidades, hoy contamos con procedimientos estéticos seguros y fáciles de obtener, siempre y cuando trabajemos con productos que tengan una estabilidad química y un adecuado porcentaje para cada procedimiento. Esto representa un desafío para nosotros los dentistas cuando nos encontramos con manchas blancas, amarillas o marrones, sean de origen traumático, por descalcificación o por un defecto generado durante la formación del diente, como puede ser la ingesta excesiva de flúor durante la formación de éstos (fluorosis), ya que nuestros pacientes son muy jóvenes y debemos preservar al máximo la estructura dental.
Dentro de las alternativas que tenemos en la Odontología Estética Mínimamente Invasiva, está la microabrasión, en situaciones donde las alteraciones del esmalte sean superficiales, a menos 200µprofundidad, incluyendo decoloraciones causadas por fluorosis que no hayan respondido a aclaramientos realizados con técnicas ambulatorias. La microabrasión es un procedimiento de la odontología cosmética que se utiliza para mejorar la apariencia de los dientes, el cual puede ser mecánico (óxido de aluminio) o químico (ácido clorhídrico al 6,6%), pasta que contiene partículas de carburo de silicio hidrosoluble, através del cual removemos la parte superficial del esmalte. En algunos casos, como en el presente, fue necesario acompañar la microabrasión con un aclaramiento ambulatorio a concentraciones acordes al grado de complejidad y edad del paciente.
“En algunos casos es necesario acompañar la microabrasión con un aclaramiento ambulatorio a concentraciones acordes al grado de complejidad y edad del paciente. ".
Uno de los factores más importantes de nuestra profesión es el diagnóstico adecuado, para saber qué tipo de procedimiento realizaremos. La transiluminación en estos casos es de suma importancia para identificar la profundidad de la lesión. Si colocamos un lente de color verde o naranja (Valo) detrás del diente afectado, veremos cómo algunas manchas llegan a desaparecer y otras no (Fotos 3 y 5). Las regiones donde llegan a desaparecer son las que tendrían menos de 200µ, donde la pasta abrasiva llegaría a remover las manchas; en las otras áreas, donde tenemos una mayor profundidad, necesitaríamos más aplicaciones o realizar una pequeña abrasión con fresas de diamante fino y luego pulir con pastas diamantadas (Diamond Polish 1µ) y ruedas de goma impregnadas en diamante (Jiffy Natural) (Foto 8).
Caso clínico
Paciente femenino, 20 años, presencia de manchas blancas generalizadas, no presenta sensibilidad, no se ha realizado ningun tipo de aclaramiento dental (Foto 1).
Se realizaron 7 sesiones de 15 minutos aproximadamente cada una, 3 veces por semana, utilizando Opalustre (Ultradent) con un milímetro de espesor por cada diente (Foto 6), con copas de goma de profilaxis, cepillando cada diente por 1 min. aproximadamente, a baja revolución (500 rpm). En nuestra experiencia clínica, no hemos necesitado colocar ningún tipo de protección gingival, debido al corto periodo de permanencia del producto en boca, ni hemos observado ningún tipo de lesión gingival en toda nuestra casuística. Después de cada cita, aplicamos un gel de flúor en el esmalte por 4 minutos, también se confeccionaron cubetas para aclaramiento ambulatorio con Opalescence PF al 10%, con nitrato de potasio y flúor, que ayuda a la remineralización del esmalte, durante los 12 días que duró el aclaramiento dental.
Al final del tratamiento se realizó un pulido con pastas diamantadas (Diamond Polish de 1µ y 0,5µ) y gomas impregnadas de diamante (Jiffy Natural), para realzar el brillo natural y remover irregularidades del esmalte provocadas por la pasta abrasiva. Utilizamos la goma de color amarillo con la pasta de 1µ, y la goma de color blanco con la pasta de 0,5µ . Después de verificar el resultado obtenido de la remoción de casi todas las manchas blancas, se procedió a la reconstrucción de algunos bordes incisales con una resina compuesta de circonio nanométrica (40 nm), simulando el esmalte (Forma – XWB). Con la resina "Forma" obtuvimos un brillo semejante a una resina de micropartículas, debido a sus partículas nanométricas (0,4 nm.) esféricas de circonio y sílice coloidal, que nos permiten obtener un excelente brillo, resistencia y fácil manipulación (Fotos 11 y 12).
Foto 2. Diente 21, donde se observa el comportamiento de las manchas blancas cuando colocamos el lente de la transiluminación (Valo).
Foto 3. Diente 21. Se observa el color tenue de las manchas blancas con una profundidad de menos de 200µ, y colores más intensos en la región distal, que indican manchas de mayor profundidad.
Foto 4. Diente 11, se observan manchas blancas en toda la superficie vestibular.
Foto 5. Diente 11. Mediante transiluminación se observa la poca profundidad de las lesiones con un buen pronóstico.
Foto 6. Microabrasión con Opalustre (Ultradent).
Foto 7. Resultado después de la séptima sesión de microabrasión.
Foto 8. Pulido con ruedas Jiffy Natural (color amarillo y blanco) y pasta diamantada de 1 y 0,5µ.
Foto 9. Sector antero superior, antes del tratamiento.
Foto 10. Sector antero superior después del tratamiento.
Foto 11. Imagen después de las reconstrucciones de los bordes incisales de los centrales y caninos con Resina Forma.
Foto 12. Resultado final del tratamiento.
___________________________________________________________________________ * El doctor Hernán Velarde Rosauro (DMD – MSc), reconocido especialista en Odontología Estética, ejerce en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
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Las sectas de la odontología holística practican "especialidades" como la biocibernética bucal, la ortodoncia bioenergética o la rehabilitación neuro-oclusal, nombres rimbombantes que esconden su falta de evidencia científica. Fotos: ChatGTP
Las nuevas sectas de la Odontología están bien financiadas. Los fabricantes de productos de Ortodoncia y de Implantología Oral calculan que el gasto en los mercados de plásticos y tornillos es de alrededor de 70.000 millones de dólares anuales. Y un buen mordisco de esa cifra les cae a los promotores de la Odontología Holística.
Más ahora en que, como cuenta David Suárez Quintanilla en el siguiente artículo, los alineadores dentales son el producto estrella y basta con un curso rápido de weekend para colocarlos sin necesidad de pasar por ninguna facultad.
El tiempo, ya se sabe, es oro, y no hay nada peor que malgastarlo estudiando extrañas teorías sobre la osteointegración y la maloclusión, que, la verdad sea dicha, no rinden nada en metálico.
El autor afirma que existen dos categorías de pseudociencias: las que agrupan a los trastornados y las que agrupan a los tontos.
La abrumadora influencia económica de las grandes compañías del sector dental, como la que ejercen por ejemplo los fabricantes de alineadores dentales, está logrando que el progreso tecnológico del que disfrutamos a nivel profesional se combine con la aparición de la peor pseudociencia posible.
Las pseudociencias surgidas del empirismo triunfan entre los incautos en las múltiples formas de la odontología holística.
Cursos y congresos presentan absurdas teorías trasnochadas, pseudociencias surgidas del empirismo y el fanatismo de unos pocos, en forma de odontología holística, ortodoncia bioenergética, rehabilitación neurofocal, ortopedia postural-neurosensorial, rehabilitación neuro-oclusal y otros nombres rimbombantes usados para esconder su absoluta falta de evidencia científica.
Los propulsores de la odontología neurofocal desvarían creyendo ilusamente que los dientes están relacionados con los órganos del cuerpo, lo cual no tiene sentido.
Que la calidad científica de la mayoría de los congresos ya no es lo que era, no es una opinión sino una constatación. En España, y concretamente en mi campo que es la Ortodoncia, no pocos conferenciantes de nuestras sociedades científicas dedican gran parte del tiempo de su intervención a hablar sobre temas emocionales personales que no vienen al caso, ni nos interesan; adornan su exposición con sus hijitos, patitos, gaviotas, puestas de sol y otras fotografías entrañables, y las remarcan con frases cursis sacadas de Facebook o Instagram, como, “Una sonrisa es una línea curva que lo endereza todo”, “Deja que tu sonrisa cambie el mundo, pero jamás dejes que el mundo cambie tu sonrisa”, y otras ridiculeces por el estilo, para disimular, su falta de verdadero contenido científico y clínico.
El auge de la pseudociencia
¿Por qué este auge de la seudociencia en un momento tan tecnológico? ¿No parece un contrasentido? He tenido la fortuna de conocer a uno de los filósofos de la ciencia más importantes del pasado siglo, Mario Bunge, e incluso participar en un libro homenaje (“Reflexiones de un dentista bajo la luz de Mario Bunge”). A través de sus numerosos libros y ensayos Bunge trató de combatir a la seudociencia médica, alertándonos de sus peligros para la salud y el bienestar de la humanidad.
La delirante pseudociencia conocida como biocibernética bucal pretende que la forma de los dientes define nuestra personalidad.
La Medicina, como ahora la Odontología y la Ortodoncia, sigue su camino de evolución científica y tecnológica y no parece querer pararse en el camino a arrojar piedras a cada perro que le ladre. Patrañas como la homeopatía, la medicina holística y la kinesiología posturológica, por no hablar de la curación por colores, no parecen que pudieran producir grandes males a la humanidad, solo el beneficio a sus fabricantes o prescriptores (detrás de todo esto solo hay una realidad: la estafa a los crédulos y/o solitarios y/o infelices). Estos timos, sin embargo, tributan y generan buenos ingresos al insaciable Estado, por lo que, incomprensiblemente, los podemos encontrar en farmacias (lo que les da una inconsciente pátina de “ciencia” al codearse con el resto de la farmacopea sí avalada científicamente). Para Bunge, la superstición, la pseudociencia o la anticiencia son basura que no puede ser reciclada de manera sencilla, son virus intelectuales que pueden hacer enfermar toda una rama del saber o una cultura.
Las pseudociencias son peligrosas, ya que son formas de virus intelectuales que pueden hacer enfermar a toda una rama del saber o de una cultura.
Esto lo veo en nuestro campo de la Odontología donde, tras una de estas esotéricas conferencias, sin ninguna evidencia se dice como la mandíbula o la cara crece más o menos según el paciente mastique de uno u otro lado, incluso como la postura de los hombros y las caderas se ven afectados por la dinámica masticatoria o una posición lingual, secundaria al desarrollo de los maxilares,el público (ya no caben más tontos en la Ortodoncia española) aplaude a rabiar y sale encantando de este conjunto de idioteces (fáciles de entender y digerir). La descripción del caso, eso sí, es muy holística, analizando la profundidad psicológica del paciente e incluso de sus padres (el niño que bruxa o chupa el dedo, lo mismo da, por el conflicto emocional que padece o la dinámica familiar que el ortodoncista, ahora metido a psicólogo-investigador, ha de analizar), siendo todo muy naif y cursi hasta que llegamos al meollo de la cuestión, el verdadero tratamiento de ortodoncia, que suele ser malo o muy malo.
La filosofía mística ha invadido la Odontología, que ahora utiliza cuencos tibetanos y aromaterapia para vencer el miedo al dentista, sin que estudio alguno lo justifique ni remotamente.
En justicia, dividiré las pseudociencias en dos categorías: las que pertenecen al grupo de los trastornados (por ejemplo, los que relacionan cada parte y órgano del cuerpo con un diente), donde no voy a pararme ni un minuto, y las que agrupan a los tontos, que creen, por su escasa formación, que el crecimiento cráneofacial se puede explicar en cuatro esquemas y modificar con relativa sencillez y que su Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial tiene un poder, o mejor, un superpoder equivalente a los X-men, para cambiar la vida e incluso los destinos emocionales de sus pacientes.
Muchos seguidores de estas prácticas creen que tienen un superpoder, como el de los X-men, para cambiar la vida e incluso los destinos emocionales de sus pacientes.
En todas estas pseudociencias hay un problema para cada solución o un despropósito para cada necesidad. ¿Por qué estas pseudociencias calan tan hondo entre los jóvenes ortodoncistas? Pues es muy sencillo: debido a la mala formación de la mayoría en las bases anatómicas, neurológicas y de crecimiento del complejo cráneofacial (en la mayoría de los másteres ni se les conoce) se buscan explicaciones fáciles, accesibles y causales y más cuando se le añade la palabrería emocional-espiritual de algunos colegas.
En lugar de estudiar el Servosistema de A. Petrovic, la anatomofisiología de la tercera rama del Trigémino, y el papel de su núcleo motor y propioceptivo, con el movimiento y crecimiento mandibular, la intrincada histofisiología del movimiento dentario ortodóncico o las últimas novedades sobre mecano-transducción o los determinantes epigenéticos de la ortopedia dentofacial, es mejor dar una explicación caduca y falsa, pero sencilla, de cómo haciendo “talladitos” o poniendo “pistitas” y “plastiquitos” se consigue un equilibrado crecimiento holístico de nuestros pacientes.
El interés por estas pseudociencias entre los jóvenes profesionales de la odontología se debe su falta de conocimiento sobre el complejo cráneofacial.
Pruebas falsas
Las pruebas (¿?) son irrefutables: según el "experto", el niño ya mastica mejor, come mejor, su mandíbula, antes asimétrica ahora ya exhibe una armónica simetría, su columna vertebral se ha enderezado, como lo demuestra la fotografía de sus hombros antes y después, de tan milagroso tratamiento, y, lo más importante, el niño, e incluso la familia, viven ahora en una envidiable armonía holística. Son tratamientos que logran resultados solo comparables con los del Padre Pío o la Virgen de Fátima.
Estas patrañas calan tan hondo entre los jóvenes debido a la mala formación de la mayoría en las bases anatómicas, neurológicas y de crecimiento del complejo cráneofacial.
Si a esta filosofía rehabilitadora holística neuro-oclusal le sumamos hoy la plata, es decir, la posibilidad de ganar dinero con ella, el pescado ya está todo vendido, y aquí aparecen las diferentes multinacionales del plástico, ahora también del teflón, para brindar a muchos de los que juegan a ortodoncistas, y a no pocos odontopediatras, un fantástico tratamiento basado en los más altos estándares científicos. Lo que antes descruzábamos con una pinza de la ropa o una placa activa removible de 75 euros, ahora ya lo podemos hacer vendiendo (porque es vender) al paciente un Nosequé-Plástico-First por diez veces más dinero o un aparato de nylon/poliamida (remedo de los aparatos más clásicos, eficientes y económicos).
Las compañías de alineadores le han tomado la medida al público y a los profesionales de la Odontología a quienes dirigen sus promesas. Y muchos colegas les compran felices estas promesas, le agregan un IVA emocional y una tarifa espiritual, y se las revenden al desprevenido público sin pudor ni vergüenza como Odontología Holística.
Disección de las teorías disparatadas con nombres altisonantes —ortodoncia holística, ortodoncia teosófica, rehabilitación neurocientífica— que invade esta disciplina.
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Buen día doctor ,interesante artículo y trabajo publicado lo felicito, me.encantaría que me.envíes el caso y otros que realizó en forma privada gracias Dr Bonnefonalejandro
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