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Una imagen distorsionada

Fotograma del cortometraje titulado "Charlot Falso Dentista" ("Laughing Gas"), dirigido y protagonizado por Charlie Chaplin en 1914.

jue. 23 mayo 2019

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El Director del Posgrado de Endodoncia de la Universidad Latina de Costa Rica defiende la reputación y la imagen del cirujano dentista.

  APICE  

Si a través del cine y la televisión, y más recientemente de los canales de “streaming”, la imagen del profesional odontólogo, y por ende de su entorno, está siendo gravemente distorsionada, cómo sería en las épocas ancestrales, cuando ni la tecnología ni las investigaciones, materiales y recursos con los que contamos ahora para aliviar el dolor y diversas enfermedades, existían.

Si bien las antiguas y rudas técnicas odontológicas, la falta de anestesia, el dolor, han causado que a través de los siglos, generación tras generación, quienes ejercen la profesión se vean enfrentados al heredado pánico que persiste en las personas hacia el dentista, lamentablemente hoy en día, con un panorama totalmente diferente gracias a la tecnología disponible y al avance que se ha alcanzado, dicha sensación de inseguridad permanece en la mente de amplias mayorías, en gran parte, por la percepción que estimulan medios audiovisuales de gran alcance y fuerte impacto, tales como el cine y la televisión.

En esas épocas arcaicas, quizás se justificaba el miedo de los seres humanos al dentista, pues prácticamente eran individuos sin conocimientos médicos o científicos, algunos barberos de oficio e incluso actores, quienes se atrevían a extraer muelas y a practicar otros procedimientos para combatir infecciones y dolencias orales.

No comprendemos cómo pueden ser tan frecuentes las producciones en las que se proyecta una imagen atemorizante sobre el quehacer del dentista”.

Pero en pleno siglo XXI no comprendemos cómo pueden ser tan frecuentes las producciones cinematográficas, televisivas e incluso los montajes en vivo en las que se proyecta lo mismo una imagen atemorizante sobre el quehacer del dentista que una estampa risible y ridícula acerca del acontecer profesional, panorama muy distinto cuando se trata de un médico, a quien muestran como personas de bien, mientras que los odontólogos seguimos siendo los villanos.

Incluso desde la época del cine mudo, podemos citar ejemplos claros de películas, fábulas infantiles y series, que han dejado huella en las y los espectadores a lo largo de las décadas, no solo por la magnificencia de la producción, por la calidad de sus actores y escenografía, sino, lastimosamente, por el impacto de las grotescas escenas en que un protagonista, mujer u hombre, representando el quehacer profesional, desempeña el papel de agresor violento, violador, o, en el otro extremo, de simpático ignorante que juega con la integridad de su paciente.

La imagen de psicópata llega a su paroxismo en 1996 con la película de terror “El Dentista”, que muestra los trastornos mentales de un odontólogo que se venga de la infidelidad de su esposa a través de las bocas de sus pacientes

Es posible que muchos de nosotros hayamos acudido a la presentación de estas cintas, sin siquiera cuestionarnos el daño que nos hacen y la forma impactante en que permean la percepción general, reavivando el pánico que miles de personas le tienen a acudir a nuestros consultorios.

Afamadas películas tales como “El Médico” (The Physician, 2013) una producción alemana dirigida por Philipp Stölzl; o la serie “El Gran Chaparral”, emitida por la cadena NBC entre 1967 y 1971; o varios capítulos de El Gordo y el Flaco o de Los Tres Chiflados, para nombrar unos pocos conocidos, resultan nefastos cuando hablamos de la imagen de odontólogo que proyectan.

Un ejemplo reciente es el documental “Root Cause” (Hasta la Raíz), que apareció en una popular plataforma, filmación en donde la mayoría de las afirmaciones se dan desde una perspectiva holística, muy en boga actualmente, pero sin que las aseveraciones que realizan se sustenten en publicaciones científicas de altura, investigaciones documentadas de universidades serias o de instituciones reconocidas. Por el contrario, sus osadas afirmaciones, confunden, tergiversan e incitan al espectador a desistir de los tratamientos de nervio y a sacrificar sus piezas dentales naturales.

¿Qué podemos hacer al respecto? Desde este espacio le lanzo el reto a las Academias, Colegios Profesionales y odontólogos(as) en general, para que combatan esta preocupante corriente mediante materiales informativos, educación al público, conferencias, videos y, por supuesto, a lo interno de sus consultorios, respondiendo todo tipo de dudas, brindando la mejor atención posible en un marco ético de respeto, responsabilidad profesional y entrega.

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* El Dr. Mayid Barzuna Ulloa es Director del Posgrado de Endodoncia de la Universidad Latina de Costa Rica.

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