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RAW vs JPEG en fotografía dental

RAW no es mejor que Jpeg, si bien permite guardar una imagen no modificable a su resolución original, lo cual ofrece mucha mayor calidad que Jpeg. (Foto: Niccolò Rizzi)
Niccolò Rizzi

Niccolò Rizzi

mar. 10 marzo 2020

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Niccolò Rizzi, especialista de Fradeani Education, grupo italiano especializado en estética dental, discute en este artículo las ventajas y desventajas de estos dos formatos fotográficos.

  FRADEANI EDUCATION  

"Jpeg es un formato ampliamente utilizado porque ofrece un compromiso entre la calidad fotográfica y el espacio para almacenarlo, además de que puede verse con cualquier sistema y software gráfico".

La documentación fotográfica juega un papel cada vez más importante en el campo de la medicina. Esta creciente relevancia implica también al área odontológica, donde además de asumir un papel importante en la comunicación con el paciente, permite un intercambio de información entre colegas y con el técnico dental. Un aspecto que a tener en cuenta y que además debe enfatizarse es la oportunidad de almacenar y procesar imágenes, tanto para fines de conservación como de transmisión. Por lo tanto, se vuelve crucial analizar los diversos tipos de archivos utilizados en la fotografía dental.

Para adoptar el mejor formato para tomar fotos en odontología, primero debemos entender los diferentes significados de fotos "Raw” y “Jpeg", que son lo tipos de formato más utilizados. A continuación se analizarán sus peculiaridades, diferencias, cualidades y defectos de cada uno.

  1. RAW

El formato "RAW" es un método específico para archivar datos de una imagen. Se utiliza principalmente porque garantiza que no habrá pérdida de calidad en ningún tipo de memoria, por lo que el número total de píxeles que componen la imagen coincide con el del sensor utilizado para captar la foto. La peculiaridad de este formato es que lo procesa la cámara, es decir, que la conversión de formato analógico a digital se registra en forma numérica. Su desventaja es que este formato solo se puede ver utilizando un software específico.

El formato de archivo RAW (crudo) se llama así porque todavía no se ha procesado y, por lo tanto, no está listo para imprimirse o editarse. Normalmente, la imagen es procesada por un convertidor de formato RAW en un espacio de color interno de amplia gama donde se pueden hacer ajustes precisos antes de la conversión a un formato "positivo" como TIFF o JPEG para su almacenamiento, impresión o posterior manipulación. Esta es la razón por la que también se llama "el formato sin ajustes de ningún tipo": el balance de blancos, el contraste, los tonos de color, no se optimizarán y el archivo real no se puede usar en su versión nativa.

El formato RAW que contiene muchos datos permite una gran libertad para trabajar con él; brinda la oportunidad de recuperar archivos cuestionables (tomas sobreexpuestas o subexpuestas), imágenes con fuertes colores dominantes y con mucho ruido. Esta recuperación se realiza de forma reversible, manteniendo siempre los niveles más altos de calidad.

Desafortunadamente, no todos los parámetros pueden modificarse, como el encuadre, el enfoque y la profundidad de campo, que solo pueden revisarse con un software de manipulación fotográfica.

El formato NEF —Nikon Electronic Imaging—, exclusivo de las cámaras marca Nikon, es un formato RAW específico para Nikon que representa el "negativo total", en el que se puede intervenir libremente para crear la imagen de acuerdo con sus necesidades.

Hoy en día, gracias a la gran variedad de programas de retoque fotográfico (el más popular de los cuales es Photoshop), las imágenes se pueden administrar desde para hacer pequeños cambios hasta con fines ilegales. La prueba de manipulación con fines maliciosos es algo que debe ser probado por quien formula la hipótesis acusatoria. Dicho esto, el formato RAW ofrece más garantías de autenticidad, porque su formato contiene toda la información tanto de la toma como de la cámara que capta la realidad tangible.

De acuerdo con este razonamiento, así como con el sentido común, el valor probatorio del archivo RAW no puede ser discutido, por lo menos hasta que haya una orientación divergente evidente y consolidada de la jurisprudencia. Por ello, el archivo RAW no puede ser pirateado de ninguna manera y conlleva también el mismo valor legal que la película de fotografía convencional.

  1. JPEG

"JPEG" es el acrónimo de Joint Photographic Experts Group, el primer estándar internacional de compresión de imagen de tono continuo, diseñado para color fijo y escala de grises. Es ampliamente utilizado porque ofrece un compromiso adecuado entre la calidad fotográfica y el espacio de memoria, así como el hecho de que puede verse con cualquier sistema operativo y software gráfico.

Por ser un estándar, tiende naturalmente a perder información debido principalmente a la compresión de la cámara. Esta compresión tiene lugar a dos niveles, mientras se eliminan los datos redundantes dentro del archivo, así como los datos visibles no captados por el ojo humano; por lo tanto, al mismo tiempo que se produce una pérdida real de datos, hay también una pérdida incesante de calidad de esa fotografía. Esta pérdida de datos puede ser: sin pérdida, es decir, una compresión no perceptible debido a una pérdida de calidad irrelevante, casi ausente; Pérdida, cuando la compresión produce a una pérdida de datos progresiva e importante.

Cada apertura de archivo provoca una descompresión, y cada cierre una compresión; Es importante saber que cuando se utiliza cualquier programa de edición, cada pequeño cambio aplicado con el guardado sucesivo conducirá a una nueva compresión, con el resultado de una disminución progresiva en la calidad de la imagen y con la posible aparición de artefactos. Al ser un "archivo final" de la foto, si no hay otros formatos disponibles, siempre es deseable convertir el archivo a un formato sin pérdida de calidad, como TIFF (Tagged Image File Format) o PSD (Documento de Photoshop).

3. Conclusiones

En conclusión, ninguno de estos dos formatos es mejor que el otro, apreciación que siempre depende de su uso. De hecho, si no espera lo mejor de una sesión de fotos y solo necesita envíarlas por correo electrónico, Dropbox u otros canales, o si el usuario no está familiarizado con el software de postproducción, entonces el mejor formato es Jpeg. Por otro lado, si es necesario sacar el máximo provecho de una sesión de fotos, y se le da gran importancia al manejo de los archivos durante la postproducción, extendiendo así el tiempo de uso de la imagen, entonces el formato adecuado a utilizar es RAW. Dicho esto, siempre sería apropiado elegir un modo de toma de fotografía que permita al clínico almacenar ambos formatos al mismo tiempo, incluso si eso significa utilizar más espacio en la tarjeta de memoria. Aunque que esto pueda parecer una desventaja, un archivo RAW no modificable siempre estará disponible e incluso podría resultar útil desde un punto de vista médico forense.

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El Dr. Niccolò Rizz, graduado en Odontología y Prostodoncia en 2005, es profesor de fotografía digital y colabora con muchas clínicas dentales en Italia. Además de tutor de los cursos del Dr. Riccardo Becciani y de Fradeani Education, tiene práctica privada en Florencia.

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