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La “Odontología Slow”: un método para los que desean más con menos

El Dr. Primitivo Roig le explica detalladamente el proceso de restauración a una paciente. Foto: dentalDoctors

mié. 20 febrero 2019

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"La Odontología Slow" es un método de excelencia, en el que se integran los protocolos clínicos con los de organización, diseñado para quienes confían en que “menos es más”.

  GESTIONANDO LA EXCELENCIA  

La necesidad de consumo constante, la aceleración del ritmo de vida, la desorganización o el estrés son algunos de los principales problemas a los que se enfrenta la sociedad de consumo. También la odontología.

La inmensa mayoría de las empresas se han adaptado a esta situación y han amoldado sus servicios para acoplarse a las caóticas agendas de una población que tiene demasiadas cosas que hacer, mucho donde elegir y poco tiempo. Muchos sufrimos una pandemia de satisfacción instantánea en cuanto a que queremos todo para ya.

La Odontología Slow o "Slow Dentistry" puede ser la mejor medicina para el profesional que siente que pierde el control de sus tratamientos, que no encuentra tiempo para recrearse en la excelencia y al que le gustaría trabajar tranquilo, en un entorno que le permita continuar disfrutando y satisfaciendo a sus pacientes. Para ello se hace imprescindible encontrar un equilibrio saludable.

La Odontología Slow es un método de excelencia, en el que se integran perfectamente los protocolos clínicos con los de organización, diseñado para todos aquellos que confían en que a veces “menos es más”.Un dentista excelente debe adquirir una gran habilidad y conocimiento técnico para ejecutar una odontología de máxima calidad.

El método Slow nos ayuda a hacer esa calidad sostenible, rentable y accesible para los pacientes. Trabajar con calma nos va a ayudar a ser más productivos, a hacer las cosas bien a la primera, a ser más rentables, a enamorar más a nuestros pacientes, a reducir nuestro nivel de estrés y a prevenir las decisiones erróneas. En definitiva, a ser eficientes, que no eficaces.

Vivimos en un mundo en el que la tecnología y las técnicas de vanguardia copan el protagonismo absoluto de la atención profesional y de la población en una tendencia por "curar rápido". Renunciar hoy como profesionales a los beneficios que nos aporta la odontología digital y a su tecnología es perderse uno de los mayores avances de nuestra profesión. El problema está cuando olvidamos que la odontología es y será siempre una profesión de "persona a persona", en la que no hay ni se espera ninguna tecnología que pueda aportarnos más beneficio que el simple hecho de dedicarle tiempo al arte de conversar.

Hacer las cosas con calma suele ayudarnos a conseguir terminar más rápido y mejor. Ésta es precisamente la paradoja de la comparación entre los que quieren "correr" y los que quieren ir "slow". Slow muchas veces es más rápido, gracias al control y al poder hacer las cosas bien a la primera. "Fast" no siempre es más rápido, debido al estrés y a los errores en los que incurrimos, los cuales nos obligan a repetir ciertos trabajos.

"La odontología con prisas es un modelo más próximo a cuando la cantidad prima sobre la calidad, lo cual favorece la aparición del estrés, la obsesión por el 'más y más', el despilfarro o el caos".

Por otra parte, la lucha contra el tiempo favorece descuidar el factor humano y las relaciones interpersonales. La Odontología Slow apuesta por hacer del factor humano y del vínculo emocional entre profesional y paciente el principal catalizador de satisfacción conjunta y de relaciones gana-gana. Podemos mejorar nuestros servicios simplemente empezando por reconocer que aportamos gran valor a nuestra práctica profesional cuando priorizamos la relación humana con los pacientes, la comunicación, y cuando favorecemos entornos clínicos donde esto sea posible.

Muchos principios de la Odontología Slow han existido siempre, por eso es fácil que muchos profesionales se sientan identificados. La principal aportación al respecto ha sido conjugar todos esos principios con otros nuevos y adaptarlos a las necesidades actuales del dentista para construir un método que responde a la realidad que hoy vive la odontología.

Un crecimiento sin control, un éxito mal gestionado, recursos no optimizados y una cartera de pacientes excesiva han llevado a algunos dentistas a la necesidad de enfrentarse a un cambio. Por otra parte, son muchos los nuevos dentistas que se incorporan profesionalmente a un mercado repleto de clínicas en un escenario muy competitivo, en el que diferenciarse y atraer nuevos pacientes no siempre es sencillo. Para todos ellos, el modelo Slow puede ser una inspiración y una ayuda.

Conclusión

La Odontología Slow prioriza la calidad sobre la cantidad, favoreciendo el bienestar y la calma, la creación de vínculos emocionales con el equipo y el paciente, la buena gestión, el orden y el control. Esa es hoy una receta a tener muy en cuenta para ser aún más felices y, en definitiva, mejores dentistas.

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* El Dr. Primitivo Roig es Director de dentalDoctors Institute of Management, fundador de Clínicas W y creador del método de gestión y práctica clínica "Slow Dentistry”.

 

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