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Una disciplina de alto impacto (Parte II)

Foto del portal público de Internet con fines ilustrativos.

lun. 23 septiembre 2019

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El experto en Endodoncia Mayid Barzuna explica en este segundo artículo que la mejor forma de prevenir los traumas orales en los deportes es el uso de protectores bucales hechos a medida.

  APICE  

Los deportes organizados forman parte de un estilo de vida físicamente activo y son indiscutibles en cuanto a los beneficios que aportan; sin embargo, los atletas también están expuestos a sufrir una amplia variedad de lesiones, incluyendo traumas orales.

Sobre ello, en 2013 se realizó un primer estudio de incidencia y grado de conocimiento de los deportistas participantes en los X Juegos Centroamericanos San José, Costa Rica; los datos mostraron una incidencia del 24% de trauma dental entre los atletas evaluados.

Dicho estudio reflejó que un 76% sufrió fractura dental y un 5% avulsión. Cuando se les preguntó cómo manejarían el trauma dental si ocurriera en entrenamientos o en competiciones, el 31% de los participantes señaló que lavaría la pieza con agua en caso de avulsión, el 7% dijo que reposicionaría la pieza, el 50% la llevaría a un odontólogo y el 12% la desecharía. (Barzuna M. y cols 2014)

“Es esencial educar a la población en cuanto a que los protectores prefabricados adquiridos en establecimientos deportivos no proporcionan el tratamiento óptimo esperado por el deportista”.

En otro sondeo realizado entre 28 miembros de la selección femenina y masculina de Rugby de Costa Rica, el 39% de los encuestados expresó haber tenido una experiencia traumática a nivel oral, donde la más frecuente fue la laceración de labios, seguida por las fracturas de la corona dental. El 54% contestó no haber hecho nada para tratar dicho trauma dental y el 27% manifestó haber buscado asistencia odontológica al día siguiente de sucedido el accidente. Ante una avulsión dental, la mayoría contestó que la pieza debería de limpiarse luego de recolectarla. Un 42% expresó que no sabría con qué lavarla; un 28% lo haría con agua. Y si tuviesen que transportar la pieza, el medio de trasporte utilizado sería: en plástico, un paño o una servilleta (42%), solución salina (17%) y un 14% lo llevarían en “la mano”. En cuanto al uso del protector bucal, el 96% de los miembros del equipo contaba con uno propio y el resto, 3,5% no lo empleaba porque lo consideraban innecesario

La forma de prevenir los traumas orales en los deportes es el uso de protectores bucales: férulas elásticas colocadas en la boca para prevenir el daño a los tejidos orales. Directamente protegen incisivos cuando un trauma se produce en el área y también a todos los dientes maxilares contra impactos a los dientes opuestos cuando se golpea la mandíbula. También previenen fracturas óseas y daño a la articulación temporomandibular, disipando la fuerza de impacto.

Además, estos dispositivos proveen protección a la mucosa labial, bucal y a la lengua. Adicionalmente, disminuyen el riesgo de concusión cerebral y hematoma subaracnoideo dada la absorción, disipación y reducción del impacto de la fuerza, que en caso contrario podría ser transferida vía ósea a niveles mayores del sistema nervioso central.

Es esencial educar a la población general en cuanto a que los protectores prefabricados y termo adaptables adquiridos en establecimientos deportivos no proporcionan el tratamiento óptimo esperado por el deportista. Estos protectores con mal ajuste no pueden afrontar las peculiaridades que los deportistas y los niños puedan tener.

De acuerdo al Dr. Ray Padilla, miembro activo de la Academia de Odontología Deportiva, el costo de una rehabilitación completa para un solo diente perdido en los Estados Unidos es de aproximadamente 2.000 dólares, más de 20 veces el costo de un protector bucal preventivo hecho a la medida, sin incluir el dolor y el sufrimiento psicológico que provoca dicho evento.

Existe la percepción de que los protectores orales son incómodos, que no se ajustan, que son voluminosos e interfieren al respirar y hablar. El 90% de los protectores que se llevan en la actualidad son prefabricados o termo adaptables, la población y los entrenadores piensan que son los únicos disponibles.

En realidad, la mayoría de los deportistas no llevan protectores hechos a la medida con un diseño adecuado a partir de un diagnóstico dental correcto, proporcionado por dentistas deportivos.

Recordemos que la función más importante del protector bucal es estabilizar la mandíbula y minimizar el riesgo de la contusión, así como preservar los dientes y estructuras blandas, al igual que evitar impactos de mecanismos indirectos como golpes en mentón, estabilizando-protegiendo la Articulación Témporo Mandibular (ATM), el cuello y el micro traumatismo dental generado por bruxismo, aportando confianza y seguridad a los deportistas (Padilla, 2005).

Por todo lo anterior, resulta vital crear conciencia en los equipos deportivos, sobre la urgencia de tener entre su cuerpo médico, un odontólogo capacitado que solucione diferentes emergencias y tratamientos relacionados con el trauma oral, que además pueda confeccionar y enseñar a utilizar adecuadamente protectores hechos a la medida del paciente, ya que son los únicos que cumplen con todos los requisitos indispensables.

VER ARTICULO ANTERIOR SOBRE ODONTOLOGIA DEPORTIVA

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* El Dr. Mayid Barzuna Ulloa es Director del Posgrado de Endodoncia de la Universidad Latina de Costa Rica.

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