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El cepillo de dientes de plástico y la contaminación del planeta

Los cepillos de dientes de plástico acaban en bosques, ríos, mares y playas, como muestra esta imagen tomada en Bali durante una campaña de recogida de desechos plásticos de la organización ecologista 4Ocean. (Fotografía: cortesía de 4Ocean)
Monique Mehler

Monique Mehler

mié. 31 julio 2019

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La directora de redes sociales de Dental Tribune International, Monique Mehler, traza la evolución de la principal herramienta de higiene bucal, cuya versión plástica está teniendo un impacto negativo por sus efectos contaminantes, que está afectando mares, lagos, ríos y playas en todo el planeta.

La organización ecologista estadounidense 4Ocean, que se dedica a eliminar desechos de plástico del océano mediante campañas de voluntarios que se unen para recogerlos en diversos países, compartió recientemente en Facebook imágenes que muestran cómo nuestra higiene bucal contribuye a la crisis mundial de contaminación provocada por los productos plásticos.

Las impactantes fotografías muestran cubos llenos de cepillos de dientes de colores que han acabado varados en las playas de Bali y estaban siendo recogidos por un equipo de limpieza local formado por voluntarios de 4Ocean. En las sección de comentarios, muchos lectores dijeron que no entendían cómo ni por qué tantos cepillos de dientes terminaban en esa zona del océano y en otras partes del mundo. La respuesta a esta pregunta es bastante simple si se analiza la historia de los cepillos de dientes de plástico.

Se estima que, solo en Estados Unidos, 1.000 millones de cepillos de dientes terminan cada año en el basurero.

Aparición reciente

El cepillo de dientes de plástico tal como lo conocemos hoy en día no tiene una larga existencia. Antes de que se inventara en 1938, se utilizaban ramas de árbol o herramientas hechas a partir de animales para mantener la boca saludable. El libro Dental Biotribology describe la más temprana aparición conocida del cepillado dental, que se remonta al año 3500 antes de Cristo, cuando en Babilonia se usaban palillos de mascar. Los primeros datos chinos sobre palillos de masticar son del año 1600 aC y “muestran que un extremo se masticaba hasta que se convertía en un cepillo, mientras que el otro extremo era puntiagudo y se usaba como palillo de dientes. […] El primer cepillo de dientes con cerdas se originó también en China, aproximadamente en la misma época, y fue llevado a Europa por comerciantes” entre los dos continentes. De hecho, los palillos de mascar, conocidos como miswaks”, siguen siendo una parte importante de la cultura musulmana y se usan comúnmente en el Medio Oriente, África, el sur de Estados Unidos y Asia.

Mientras tanto, la evolución del cepillo de dientes dio un giro diferente primero en Europa y después en América del Norte. Como se mencionó anteriormente, los mangos hechos de huesos de reses y las cerdas de pelo de caballo fueron los recursos principales para fabricar cepillos de dientes rústicos. Después se inventó el nylon, y el primer cepillo dental de cerdas de hilo de nylon salió a la venta en 1938. Las cerdas de nylon fueron el material preferido para las cerdas hasta que los fabricantes optaron por usar materiales termoplásticos para los mangos, como describe Rachel Sammons en “Control of Dental Plaque” un capítulo del libro “Medical Biofilms: Detection, Prevention and Control”.

El paso de usar materiales naturales y biodegradables a polímeros sintéticos o semisintéticos ha tenido un gran impacto en nuestro planeta de dos maneras. Debido a su bajo costo, fácil proceso de producción, versatilidad e impermeabilidad al agua, el plástico ha prevalecido como material durante las últimas décadas y ha permitido a la humanidad hacer avances tecnológicos en todas las áreas de la vida. Sin embargo, sus efectos ecológicos son severos, ya que la estructura química del plástico lo hace resistente al proceso natural de degradación. Los especialistas no están seguros de la cantidad exacta de residuos plásticos que se han fabricado en el último siglo, pero un documento de investigadores estadounidenses titulado "Production, use, and fate of all plastics ever made”(Producción, uso y destino de todos los plásticos jamás fabricados), afirma que hasta 2017 se habían fabricado 8,300 millones de toneladas métricas (Mt) de plástico virgen y que para el año 2050 “aproximadamente 12,000 Mt de residuos plásticos llenarán vertederos o el medio ambiente natural”.

A parte de los envases de alimentos y otros artículos de plástico de un solo uso, los cepillos de dientes contribuyen en gran medida a este total. Solo en los Estados Unidos, se estima que aproximadamente 1.000 millones de cepillos de dientes terminan cada año en el basurero. Esta cifra se alcanza si cada ciudadano utiliza cepillos de dientes plásticos y los reemplaza cada tres o cuatro meses, tal como recomienda la Asociación Dental Americana y muchas otras organizaciones internacionales de salud. Teniendo en cuenta la población mundial de 7.553 mil millones de personas, eso suma aproximadamente 29.400 mil millones de cepillos de dientes cada año. En promedio, un cepillo de dientes de plástico pesa alrededor de 20 gramos, por lo que se puede calcular que la humanidad produce 600 millones de kilogramos de desechos de cepillos de dientes de plástico en solo 365 días. Lo que mucha gente no sabe es que los cepillos de dientes no son reciclables, ya que las piezas pequeñas se atascan en la maquinaria. Por eso terminan en los vertederos y "como el plástico es esencialmente indestructible, eso significa que casi todos los cepillos de dientes fabricados desde la década de 1930 todavía existen en alguna parte del mundo, como un pedazo de basura", según afirma la autora de un artículo publicado en National Geographic.

Alternativas naturales

Por supuesto, dicha cifra es un estimado del peor de los casos posibles y no es concluyente, ya que muchas personas usan ahora cepillos de dientes eléctricos (que producen significativamente menos residuos) o cepillos de dientes que no producen desperdicios.

Las empresas y los fabricantes están comenzando a invertir lentamente en alternativas al plástico derivadas de fuentes naturales, como el bambú para el cepillo de dientes y el almidón o la celulosa para los envases. Los cepillos de bambú, por ejemplo, se han incorporado a muchos cuartos de baño en los últimos años, ya que ahora son más fáciles de obtener en la mayoría de las cadenas de farmacias. El bambú es la planta de más rápido crecimiento en la tierra y es naturalmente antibacteriano. Por lo tanto, es un gran material renovable para fabricar cepillos de dientes.

El “miswak” es un palillo de unos 15 centímetros que proviene del árbol de “Salvadora pérsica” y se usa desde hace cientos de años como cepillo de dientes. (Fotografía: ustun ibisoglu/Shutterstock)

Incluso si todas las personas del mundo cambiaran a cepillos de dientes ecológicos en la próxima semana, aún habrían muchas más áreas de la vida que tendrían que abordarse para revertir la crisis causada por la contaminación de plásticos. Un informe de marzo de 2019 de la organización internacional no gubernamental World Wide Fund for Nature sugiere que, en realidad, no todo está perdido. Según su investigación, aunque "la crisis mundial de la contaminación con plástico solo empeorará a menos que todos los protagonistas de la cadena de valor del plástico se hagan más responsables del verdadero costo del plástico para la naturaleza y las personas", lo que se ha "creado en una generación [...] se puede resolver en una generación”.

En los últimos años, se han establecido regulaciones sobre los artículos de plástico de un solo uso. Las bolsas de plástico gratuitas, por ejemplo, son cosa del pasado en la mayoría de los países del mundo y ahora las tiendas hacen que se pague por ellas. Hay muchos otros ejemplos en la vida cotidiana de empresas que ya se han incorporado al tren de la producción con cero residuos. Estos incluyen heladerías que han cambiado las cucharillas de plástico por cucharitas de madera, cafeterías que ofrecen descuentos si sus clientes traen tazas reutilizables y bares que ofrecen pajitas hechas de materiales naturales. Como informó el periódico inglés “The Guardian”: "El parlamento europeo ha votado a favor de prohibir los cubiertos de plástico de uso único, los bastoncitos de algodón, las pajistas y los agitadores como parte de una ley general contra los residuos plásticos que destruye las playas y contamina los océanos". La ley entrará totalmente en vigor en 2021 en todos los estados miembros de la Unión Europea. A pesar de que se trata de un gran cambio para mejor, actualmente no existe una regulación sobre los cepillos de dientes de plástico.

Quizá el problema del consumo del cepillo de dientes de plástico no sea el factor más apremiante que contribuye a la crisis mundial de contaminación. Pero es un lugar muy práctico y fácil para comenzar a revertir la acumulación de desechos que contaminan el planeta.

Recursos

El bambú es la planta de más rápido crecimiento y una materia prima sostenible, ideal para fabricar cepillos de dientes. (Fotografía: Shawn Sosa/Shutterstock)

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