IPIRO, cursos de implantología en Puerto Rico

Actualmente, el IPIRO ofrece cursos trimestrales en implantología de naturaleza quirúrgia y de tres días de duración, pero está intentando asociarse con la institución odontológica más prestigiosa de la isla.

"Nos dedicamos a educar a doctores que tiene cierta experiencia en implantología, sobre todo en la fase quirúrgica y en el área restaurativa. Ahora, estamos en negociaciones con la Escuela de Medicina Dental para dar el curso allí y, en el momento que se logre esa unión con la Facultad de Odontología, incorporaremos cursos de reparativa, de rehabilitación completa y el fellowship de dos años", explicó el implantólogo y docente.

Una de las ventajas del IPIRO es que sus cursos están destinados a nivel básico y nivel medio, lo cual es un atractivo para los odontólogos generales que quieren adquirir experiencia en implantología.

La otra es que las prácticas se realizan sobre pacientes. "Esa es la gran distinción del Instituto Panamericano, que se hacen prácticas sobre pacientes reales, que obviamente es lo que la gente busca, porque las prácticas en mandíbula de cerdo, de oveja o en mandíbulas de plástico, no es que sean malos, pero están lejos de la realidad", manifestó.

Los cursos, para unas diez personas y patrocinados por Biohorizons, comprenden dos días de práctica y uno de teoría. "Los viernes damos una jornada de ocho horas de teoría en el Colegio de Cirujanos Dentistas de Puerto Rico, y la porción práctica quirúrgica se hace en la clínica de uno de los profesores del instituto, el Dr. Gilberto Torres", explicó el Dr. Banch.

A nivel de profesorado, IPIRO, que comenzó sus actividades en 2015, cuenta con cuatro profesores, cada uno de los cuales tiene asignados a dos estudiantes. También suele haber odontólogos invitados que asisten como oyentes para conocer los cursos de primera mano. El directivo afirmó que casi todos estos se matriculan para el próximo curso.

El Dr. Banch terminó con una cita: "Yo siempre digo, y es una opinión muy personal, que sería una ingratitud muy grande morir los profesionales sabiendo lo poco o mucho que sabemos. Por lo tanto, nuestro deber moral y profesional es transmitir nuestros conocimiento para que todos nos beneficiemos".

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