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¿Pueden ser los alineadores el fin de los brackets?

Un alineador de la marca Alineadent.

vie. 12 julio 2019

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El Doctor y Profesor David Suárez Quintanilla, una de las máximas autoridades de la Ortodoncia a nivel mundial, se plantea en este artículo si esta especialidad ha llegado a un punto sin retorno en el que los aparatos ortodónticos tradicionales están quedando obsoletos.

  GRANDES EXPERTOS  

En ocasiones, me siento como un conferenciante TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño), tratando de responder a algunos colegas sobre el futuro de nuestro ejercicio profesional.

No es fácil realizar un vaticinio certero sobre el mismo, y menos en unos momentos donde los progresos vertiginosos de la tecnología, y los cambiantes hábitos del consumidor (compra on-line y/o proximidad de los puntos de entrega del servicio), no dejan tiempo para la sosegada reflexión.

Sin tener todas las variables en mi mano, el cambio que me parece más significativo, además de otros ya expuestos en artículos anteriores, es la aparición de diferentes tipos de tratamientos de ortodoncia, del que derivan nuevos tipos de ortodoncistas o pseudo-ortodoncistas. Resultará interesante saber cómo los pacientes y la sociedad aceptarán estos nuevos tipos de tratamientos y de profesionales.

"Los alineadores, con todas sus ventajas, han abierto el mundo de la ortodoncia a una serie de profesionales que no tienen los conocimientos ni la mínima formación en nuestra especialidad

Cuando en este artículo me refiero a ortodoncistas, no me refiero solo a los especialistas de ortodoncia sino a todos aquellos que, de una u otra manera, tratan a pacientes con aparatos de ortodoncia. Así, vamos a tener ortodoncistas alineadientes, limitados a la zona anterior (los conocidos como “social-six”), otros ortodoncistas que además procuran mantener la oclusión original del paciente, al menos no empeorarla, y un tercer grupo, en el que incluyo a la mayoría de los especialistas en ortodoncia bien formados, donde el profesional amplía los objetivos de la ortodoncia al crecimiento cráneofacial, la oclusión, la función muscular y de la ATM, las vías aéreas y un concepto integral de la estética de la sonrisa y facial. Queda claro que la formación postgraduada, la dedicación exclusiva o preferente a la ortodoncia y la calidad profesional, y no el marketing o los deseos del paciente, son los que hoy, al menos en mi entorno, dividen a los profesionales y al abanico de aparatos que utilizan.

Los alineadores, con todas sus ventajas, han, sin embargo, abierto el mundo de la ortodoncia a una serie de profesionales que no tienen los conocimientos ni la mínima formación en nuestra especialidad. Este grupo de neo-seudo-ortodentistas nacen, crecen y sobreviven gracias a los softwares y programadores de las compañías de alineadores, la mayoría sin ningún estudio de odontología. Si la queja de un paciente con la típica Clase II subdivisión segunda es la vestibulización de los incisivos laterales y la retroinclinación de los centrales, ellos solo se centran en este aspecto estético de la maloclusión, olvidándose de la oclusión y de los problemas esqueléticos y funcionales subyacentes.

No digo que todos los que usan alineadores lo hagan con esta mentalidad, pero sí la mayoría de estos neo-seudo-ortodentistas. El punto clave es saber qué harán con el paciente cuando los alineadores no puedan resolver el problema, no tengan alternativas a ellos y el paciente les ponga una merecida demanda.

Los alineadores están cada vez más presentes en nuestras clínicas y son un arma cargada de futuro, como diría nuestro poeta Gabriel Celaya, pero no representan todo el futuro. La mejora .de los tres elementos de su cadena de diseño y producción (mejora del software y los archivos, de la impresión 3D directa sin modelos de resina y de polímeros más elásticos y con memoria de forma) van a mejorar su eficiencia. Hay un punto muy interesante en que los alineadores pueden llegar a sustituir a algunos aparatos funcionales y es el control de las guías eruptivas y de la posición mandibular en maloclusiones sagitales y verticales (cuando se combinan con microimplantes u otros sistemas de anclaje óseo temporal), así como al articulador y las férulas convencionales de resina (sustituidos por el CBCT 4D y el articulador virtual).

En mi opinión, el futuro de nuestra especialidad pasa por un incremento en la complejidad, sofisticación y minuciosidad diagnóstica, y por una terapéutica donde vamos a combinar en un mismo paciente, y en las diferentes fases del tratamiento, distintos aparatos; es lo que denomino Ortodoncia Digital Multitécnica.

En este contexto, los brackets y alambres aún tendrán un amplio recorrido si se mejora espectacularmente su eficacia por parte de fabricantes y ortodoncistas. Si queremos que las técnicas fijas sigan siendo la primera opción de tratamiento de muchas maloclusiones complejas, es necesaria una remodelación mental de muchos compañeros tratando de simplificar la biomecánica y el número de arcos a utilizar.

Solo una drástica reducción del tiempo de tratamiento y una gran eficiencia (en costo/eficacia) puede evitar la caída en picado del uso de brackets (al menos en aquellos pacientes con un nivel adquisitivo medio, otra cosa distinta es el desastre de la ortodoncia “low-cost” con materiales de ínfima calidad, practicada por ortodentistas “low-cost”).

Solo se mantendrán las técnicas fijas multibrackets si la industria lanza nuevas aleaciones (como recientemente el Gummetal®), diseños de brackets y de microimplantes que permitan acortar drásticamente el número de visitas y la duración total del tratamiento. En mi práctica, cada vez termino más casos de ortodoncia multibrackets con alineadores. No solo la estética y la comodidad del aparato son importantes, la duración del tratamiento es clave en la aceptación del tratamiento por el paciente, y este no es muy feliz con infinitos alineadores que no logran rotar satisfactoriamente unos caninos que se podrían corregir con solo 3 meses de brackets.

Por tanto, veo un futuro donde las distintas técnicas se complementan y donde el experimentado ortodoncista trata de optimizar el tratamiento, en estética, comodidad y rapidez, combinando los aparatos más eficientes en cada fase del mismo.

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* El Profesor David Suárez Quintanilla es catedrático de Ortodoncia de la Universidad de Santiago de Compostela (España), expresidente de la European Orthodontic Society y vicepresidente del área de Ortodoncia de la International Association for Dental Research. En sus treinta años dedicados a la Ortodoncia, ha creado procedimientos como la Técnica SWLF (Straight Wire Low Friction), desarrollada con la compañía RMO de Denver, que es actualmente utilizada por ortodoncistas de más de treinta países. Además es autor del libros como "Ortodoncia. Eficiencia Clínica y Evidencia Científica”.

 

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