El fundador de la empresa mexicana Dentadec escribe sobre los usos de los rayos ultravioletas.
LA ODONTOLOGIA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS
Me han preguntado mucho sobre el uso de la luz ultravioleta (UV) para desinfectar los consultorios.
Primero que nada, quiero aclarar que la aplicación de luz UV no sustituye de ninguna manera el uso de un esterilizador de vapor, no es un vehículo esterilizante, y no se debe utilizar para esterilizar instrumental ni dispositivos para uso en el paciente.
La International Ultraviolet Association (IUVA) considera que las tecnologías de desinfección pueden jugar un gran papel como una barrera reductora en la transmisión del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, basándose en la información actual de desinfección y en evidencia empírica.
La luz ultravioleta es conocida como desinfectante de aire, agua y superficies, lo que puede ayudar a disminuir el riesgo de adquirir una infección, y está recomendada para el tratamiento de superficies que pudieron haber estado expuestas a microorganismos como bacterias, virus, algas y esporas, ya que la radiación producida penetra la pared celular de los microorganismos generando mutaciones en su ADN y ARN, con lo que elimina la posibilidad de propagación e infección.
Algunas de las ventajas del uso de una lámpara UV son:
• No hay necesidad de adicionar productos químicos.
• No es perjudicial para el medio ambiente.
• Los tiempos de irradiación son cortos.
• Tiene bajos costos de funcionamiento.
• El diseño de las lámparas permite transportarlas a las áreas que necesitan tratamiento UV o instalaciones fijas en zonas donde se requiere de tratamiento constante.
Actualmente, el CDC considera el uso de un sistema de irradiación germicida como coadyuvante para la ventilación del consultorio y para obtener una mejor calidad de aire.
Ahora bien, como cualquier sistema de desinfección, los dispositivos de luz ultravioleta deben ser utilizados de manera apropiada para que sean seguros. Todos producen cantidades variables de luz ultravioleta en longitudes de onda que van de los 200nm a los 280nm. Esta cantidad de luz es mucho más fuerte que la luz solar, y puede causar lesiones en la piel similares a las quemaduras solares y puede también dañar la retina si se presenta exposición. Por tanto, deben seguirse todas las indicaciones de seguridad que se indiquen en los manuales de operación.
Quiero agradecer a los Drs. Andrés Abrego y Enrique Acosta-Gío por la información para poder hacer este escrito.
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